El “sueño americano” sigue, el drama también

Con paso lento avanza una nueva caravana migrante. Es la segunda que sale de Tuxtla en la semana, conformada por niñas, niños, mujeres y hombres de todas las edades.

Algunos dicen que ya perdieron la cuenta de los días desde que salieron de casa con la idea, siempre en mente, de alcanzar el anhelado “sueño americano”.

Tuxtla se ha convertido en una nueva ruta migrante. Muchos son trasladados desde Tapachula, Pijijiapan, Arriaga y otros puntos del estado a la ciudad capital para tramitar su estancia legal en el país de manera temporal; sin embargo, aseguran que Migración ha sido omisa y por eso deciden caminar hacia el norte del país, a su suerte.

En su trayecto muchas familias no cumplen la meta, pues algunos son detenidos y deciden regresarse a su país de origen, dejando de lado el anhelo de una vida mejor.

Para los migrantes —provenientes en su mayoría de Venezuela, Haití, países del centro, Sudamérica y africanos— vale la pena el riesgo y escapar del hambre, pues “la crisis económica y de violencia la vivimos todos los días”.

A pesar de todas las adversidades que enfrentan durante su éxodo, siempre están alertas, pero igualmente vulnerables. Tienen su objetivo bien claro: tocar la puerta del país de las barras y las estrellas, la cual sigue sellada.