Este miércoles, medios de comunicación locales reportaron el presunto suicidio de una menor de 12 años en la capital chiapaneca, un hecho que causó conmoción entre la población, pero que refleja el problema de salud pública que representa el suicidio actualmente.
Ángel Persino González, apoyo de rehabilitación del Hospital Psiquiátrico San Agustín, indicó que el suicidio se puede presentar prácticamente a cualquier edad, ya que todo gira en torno a los factores externos e internos de cada persona.
En el caso de los menores, los especialistas señalan que tienen conciencia de la vida y la muerte a partir de los ocho años; esto hace que los síntomas varíen según el grupo de edad, ya que los factores son totalmente diferentes.
Explicó que la primera señal de alarma de que una persona, ya sea un niño, adolescente o adulto, puede estar pasando un momento depresivo, de ansiedad o frustración, es que su rutina diaria va cambiando al grado de aislarse de su familia y amigos, lo que puede llevarlo a tener ideas suicidas.
El especialista mencionó que un pensamiento suicida llega por la acumulación de problemas de ansiedades y frustraciones; en la búsqueda de soluciones la persona no puede vislumbrar otra solución que atentar contra su propia vida.
En muchos casos el suicidio es un acto planeado: la persona piensa la forma, el lugar ideal para que no la encuentren, lo que representa un fuerte riesgo si no se atiende a tiempo la salud mental. También existen otros tipos de trastornos de personalidad, que pueden llevar al suicidio de forma impulsiva.
En el último caso, los familiares deben estar doblemente atentos con el paciente, acudir con un especialista para atender el problema de forma correcta, porque el riesgo de atentar contra su propia vida es más latente.
La prevalencia de intentos de suicidio, de acuerdo a las estadísticas en México, es tres veces mayor en el caso de las mujeres, por diversas cuestiones, que incluso van relacionadas a procesos propios del género, como la gestación, también se da en casos de violencia intrafamiliar.
Sin embargo, las cifras reflejan que los hombres lo concretan más. Esto se debe a los métodos que emplean, generalmente las mujeres utilizan pastillas, en cambio los varones usan armas o soga, que son más eficaces.
En el caso de los adolescentes, la mayor prevalencia se da entre hombres, por problemas de depresión, que muchas veces no sienten comprendidos o porque terminan una relación amorosa, además de los cambios propios del desarrollo de la personalidad y el cuerpo.