El Suspiro, ruinas que se mantienen en pie

La finca El Suspiro es uno de los tantos vestigios escondidos en Chiapas, específicamente en el ejido Vistahermosa, del municipio de Berriózabal, la cual se mantiene de pie gracias a su fortaleza en infraestructura y a sus espacios arquitectónicos tipo coloniales.

Estas ruinas cuentan con una emblemática estructura del siglo XIX, aportada y construida en su momento para la producción cafetalera; también son parte de los acervos que preservan en el ejido, sin embargo, pese a su escasa difusión se encuentra en el abandono.

En Vistahermosa, ejido con decencia indígena, los pocos habitantes se dedican a la producción y venta de flores, pero también tratan de conservar las mínimas paredes que quedan de esta finca con descendencia alemana.

Familia Hommel

Según los pobladores, son ruinas de una antigua finca de café que pertenecía y fue fundada por el alemán Federico Hommel.

Los pobladores agregan que aproximadamente entre 1912 y 1918, en la temporada de la Primera Guerra Mundial, decidieron cultivar café en ese espacio.

Para 1945, por decreto oficial, esta finca fue expropiada siguiendo la Ley de Propiedad del Enemigo, realizada en la Segunda Guerra Mundial.

Cuentan que en 1971, un grupo de 30 campesinos hizo la solicitud para ser dotados de tierras y trabajar, lamentablemente la familia Hommel pierde más de 300 hectáreas.

Hoy en día estos fragmentos de tiempo nos trasladan a una época que fue habitada por la comunidad alemana en Chiapas.

También otro dato a resaltar es que afuera de la finca hay una placa con la leyenda: “Chiapas ha sido una tierra rica con un pueblo pobre”, lo que afirma que los conflictos agrarios y territoriales siempre han existido y actualmente están a la orden del día en algunas zonas indígenas del estado.

Conflicto agrario

Asimismo, se detalla en la placa, “en estas tierras fueron asesinados Manuel y Marcos Pérez el 4 de marzo de 1977, tratando de tomar posesión de las hectáreas que mediante resolución presidencial se les había dotado”.

“Los responsables fueron los guardias blancas de la familia de un notario que trataba de hacerse ilegalmente de estas tierras, aún teniendo un resolutivo judicial en contra.

“Este monumento se erige en memoria de los caídos y de todos aquellos indígenas que han dado la vida luchando por la consigna del general del Ejército Liberador del Sur. Tierra y libertad”, concluye.

Algo que hay que destacar es que, a pesar de su antigüedad, la finca sigue firme en la remembranza, manteniendo sus paredes y los pocos antecedentes que aún se guardan y sólo conocen los ejidatarios de Vistahermosa.