Elena Torres, luchadora  de las causas sociales

La travesía por defender los derechos sexuales de los infantes comenzó hace más de una década; a los 16 años, Elena del Rosario Torres Villanueva inició un sueño para aportar un granito de arena a través de su labor altruista. Más tarde, empezó una novela que, hoy, cuenta con más de 50 páginas y sigue en proceso de construcción.

Antes de cumplir con la mayoría de edad, tuvo la oportunidad de platicar con los niños que se encontraban en los cruceros de Tuxtla Gutiérrez; Matías, Belisario, Juan, Pablo y Pedro, formaron parte de los cinco pequeños con los que comenzó a convivir; estaban, dice, en una situación precaria y les buscó casas-hogares.

Cuando arrancó con sus actividades altruistas, una de las primeras acciones fue recolectar víveres y ropa; gracias a los medios de comunicación, resalta, llegaron más artículos para ella y los entregaba en albergues donde estaban niños con discapacidad; hacía lo propio con padres y madres de infantes del Hospital de Especialidades Pediátricas (HEP), ubicado al oriente de la capital.

Con el paso de los años, Torres Villanueva aprendió a identificar el olor a soledad, a tristeza y abandono, “yo la percibía con la nariz”, dice mientras ajusta su vestido multicolor, que contrasta con la pared blanca (donde aparecen los nombres de niños que han sufrido de abusos sexuales), de la ahora fundación internacional Granito de Arena, que preside a mucha honra.

“Esta sed de justicia en mí, me llevó a darme cuenta que muchos de los niños que estaban en las casas-hogares, estaban ahí por abusos sexuales, eran historias que me calaban”, puntualiza en una charla con este rotativo.

¿Tu activismo no ha generado amenazas hacia tu persona?

Sí, pero nunca ha sido directamente, recuerda. En los 11 años, dijo, ha estado pendiente de los casos que se relacionan con la violencia en la niñez.

En más de una década ha tenido que soportar daños provocados en su vehículo, acoso y hasta llamadas que suenan “raras”, es decir, de personas que se comunican con ella para abrazar a los niños o llevarlos a eventos sociales, cuando las identidades de los pequeños son resguardadas. Estas malas prácticas la obligaron a eliminar sus redes sociales.

Al interior de la fundación la activista relata, con mucha tristeza, aquellos episodios en los que lloraba, el motivo eran las historias donde niños de tres años de edad fueron abusados sexualmente. En 11 años, calcula, se han atendido más de 500 casos. Hoy, siete mujeres le acompañan en el esfuerzo.

La meta que tiene para este 2019 se relaciona con el ciberacoso sexual infantil (ya delito en Chiapas, tras la aprobación de una iniciativa en el Congreso Local). Con los personajes que ahora identifican su lucha, Arenito, Julieta y Andrés, busca generar actividades de prevención en seis mil infantes de la ciudad. Ningún niño, que presente algún problema, se queda sin las terapias de recuperación.

Una de las preocupaciones que ahora se han encontrado en las escuelas de la entidad, es que los niños están siendo invadidos por los famosos “retos”, que consisten -muchas veces- en tocar las partes íntimas de sus compañeros, sin el consentimiento del otro.

11 años de lucha contra la violencia infantil, pornografía y abuso sexual en menores, la han hecho acreedora a múltiples reconocimientos por parte de instituciones gubernamentales, asociaciones civiles, organismos empresariales y hasta autónomos.

Un ejemplo, fue la distinción otorgada por la delegación en Chiapas de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC), que la nombró Mujer del Año. Pero también fue ya reconocida por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), gracias a la defensa que ha hecho por la niñez chiapaneca.

En su opinión, la atención de las instancias gubernamentales para atender los casos de abusos sexuales en los infantes ha sido eficiente en la nueva administración de la Fiscalía General del Estado (FGE); no obstante, la situación fue distinta en el último sexenio.

La charla la finaliza diciendo que fue muy importante que se haya tipificado la violencia digital y el ciberacoso sexual infantil como delitos en Chiapas, porque se trata de una situación latente y que los casos de abusos se pueden presentar en las familias; sólo en este año, a la fundación ya llegaron tres casos; por esa razón, Elena Torres se ha convertido en una mujer ejemplar, luchadora de las causas sociales, de la defensa de los derechos de los infantes.