Emociones, emprendimiento y cómo lidiar con ello
Es necesario arriesgarse y emprender desde las posibilidades, para no entrar en un caos, al grado de cuestionarse de dónde recuperar lo que se invirtió. Cortesía

Temas emocionales como el miedo y el resto de altibajos emocionales, se enfrentan, por lo que es necesario tener una buena salud mental, emocional y psicológica para poder llevar un proyecto con buena marcha, son parte de los temas abordados por Dahira, propietaria del proyecto Chum Chum, mismo que trabaja con un grupo de artesanas.

Detener un proyecto de emprendimiento no necesariamente debe verse como un fracaso, puesto que este puede pasar por un proceso de reingeniería, en el que la emprendedora analice una nueva ruta o sentido del mismo; tal es el caso de un proyecto que cierra la opción a comercializar, pero puede replantearse por medio de la capacitación de personal.

Es necesario entender que detener el proyecto no debe entenderse como un fracaso, puesto que también se cuenta con mayor tranquilidad y con un panorama más abierto

En este sentido, Dahira reconoció que en un proyecto se requiere estar física, mental y emocionalmente, ya que estas son características fundamentales para poder amalgamar lo que se haga en la vida.

Del mismo modo, dijo que es necesario que quien sea que desee emprender comprenda que se requiere no tener pena, e incluso citó como ejemplo el momento en que inició con su proyecto de productos que ella misma elaboraba, por lo que le daba pena y llegó al grado de tener vergüenza, por lo que se ocultaba de hacer un producto.

A pesar de lo anterior, dijo que a través desde los espacios de colectividad como Mercadito Las Tuxtlecas y otros, se pudo dar cuenta de que no es tan complicado.

En el camino del emprendimiento se encuentran obstáculos y a veces el mismo camino también va abriendo brechas, pero a veces no se ven.

Destacó que en algunos casos el miedo parte desde el inicio del saber de dónde se obtienen los recursos para arrancar un proyecto, lo cual genera estrés, y se puede convertir en una pirámide.

El mayor gusto de un emprendedor es tener una propia tienda, pero se puede iniciar desde un colectivo como el Mercadito las Tuxtlecas.