Con una procesión en la que participaron extranjeros de diversas nacionalidades, iniciaron las actividades de la Jornada Mundial del Migrante y Refugiado en Tapachula, por lo que la Iglesia Católica pidió ayudar y acompañar a las personas en movilidad.
Con banderas de sus países, los migrantes partieron del Reloj Floral hacia el albergue Belén, en donde pidieron ayudarlos y que haya inclusión.
Guatemaltecos, salvadoreños, colombianos, venezolanos y cubanos, entre otros, así como mexicanos, participaron en la procesión, reconociendo el apoyo que les ha brindado la Iglesia Católica en su búsqueda de una mejor calidad de vida.
Estos explicaron que son múltiples las causas que los llevan a abandonar sus lugares de origen como la violencia, la inseguridad y la falta de oportunidades.
El director del albergue Belén, padre César Augusto Cañaveral Pérez, explicó que junto con la ayuda a los migrantes también buscan evitar el rechazo social y la discriminación hacia la población en movilidad.