México destaca en cuanto a diversidad de especies de aves, se estima que existen mil 96 descritas, mientras que en el mundo hay poco más de nueve mil 600. Específicamente, en Chiapas se han registrado más de 700 especies.
Nuestro país es parte de la ruta migratoria de al menos 300 especies de aves, del norte hacia el sur y viceversa, fenómeno que se da principalmente en la temporada de invierno, en la cual buscan mejores condiciones climáticas.
Estos datos los dio a conocer la bióloga Edith Jiménez Díaz, del Club de Observadores de Aves de Tuxtla Gutiérrez, fundado en el 2016, durante el conservatorio “Explorando la naturaleza a través de la observación de aves”, como parte del Chiapas Birding and Photo Festival 2021.
Manifestó que la observación de aves es una actividad que permite conocer y disfrutar de las aves en libertad, siendo uno de los grupos más abundantes en la naturaleza con una gran diversidad de colores, formas y tamaños. Se ha hecho popular en varios países de Europa y América.
Es una actividad económica que ha ido cobrando más auge en los últimos años, como un opción para generar recursos económicos en las áreas naturales protegidas (ANP) y dar ingresos a las comunidades para su conservación y protección.
En la capital chiapaneca algunos de los lugares para la observación de aves son los miradores del Parque Nacional Cañón del Sumidero, el Cerro Mactumatzá o Meseta de Copoya y el Zoológico “Miguel Álvarez del Toro” (ZooMAT). También visitan diversos sitios en San Fernando, Berriozábal, Ocuilapa, Ocozocoautla, San Cristóbal de Las Casas, además de municipios de la región Selva y Costa.
Apuntó que algunas de las características de las aves es que viven en todos los ambientes, desde los bosques, selvas y desiertos, hasta las ciudades. Se pueden observar prácticamente en cualquier ecosistema.
Asimismo, cumplen con una función ecológica dentro de los ecosistemas muy importante, y es que estas especies son dispersoras de semillas a través de sus heces, luego de alimentarse de ellas, lo que ayuda a regenerar bosques y selvas.
También son controladoras de insectos naturales, ya que muchas golondrinas y otras especies se alimentan de insectos como moscas, lo que beneficia al humano y a las plantas. Se consideran controladoras de plagas que afectan los cultivos, lo que ayuda a los agricultores.
En el caso de los colibríes y algunas otras especies son polinizadoras, lo que ayuda a las plantas a reproducirse. Muchas de las frutas que se consumen día a día se dan gracias a la polinización de las aves y otros animales, como murciélagos y abejas.
También realizan funciones como limpiadoras ambientales, esto lo hacen las aves carroñeras, que reintegran la materia al ciclo biológico natural de los ecosistemas, lo que evita la generación de focos de infección.