Chiapas se encuentra en una región con muy alta actividad sísmica y es algo que la población no debe olvidar. La frecuencia de los sismos es bastante alta, casi a diario, pero no todos son perceptibles; hasta ahora no existe un método científicamente comprobado que permita predecir estos eventos con exactitud.
Desde hace varios años la comunidad científica internacional trabaja para lograr predecir los sismos y que la respuesta sea previa para disminuir desastres, sin embargo, hasta ahora no se ha logrado establecer un método corroborado y estudiado. Para hacerlo válido se debe tener ubicación, hora y magnitud, exactas.
Miguel Ángel Alatorre, profesor-investigador de la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas (Unicach) y miembro del Centro de Monitoreo Vulcanológico y Sismológico de Chiapas, indicó que se debe tener esto en cuenta, ya que que pueden pasar meses sin que haya un evento considerable como el del pasado lunes que superó la magnitud cinco.
También explicó que el sismo del lunes fue de subducción: el movimiento de una placa tectónica respecto a otra, un proceso de liberación de energía del planeta que está en actividad constante por lo que en cualquier momento puede ocurrir una actividad sísmica.
En el Centro de Monitoreo hacen una secuencia de los movimientos telúricos, llegan a detectar entre 10 y 15 eventos sísmicos al día en la entidad, la mayoría de pequeña magnitud; el análisis de datos ayuda a entender los procesos de la tierra y el movimiento de la energía.
El investigador mencionó que en Chiapas tiembla porque hay interacción de tres placas tectónicas: la de Cocos, la del Caribe y la Norteamericana; estas condiciones son únicas en el país, con alta actividad fortalecida por un sistema de fallas activas que generan sismicidad y dos volcanes activos.
Avith Mendoza Ponce, investigadora del Centro de Monitoreo, indicó que ni los estadounidenses ni los japoneses que cuentan con una red basta amplia de monitoreo y tecnología no se han atrevido a decir que pueden predecir los sismos.