La disputa por liderazgos, el temor de que no se respeten sus espacios originales y la incertidumbre de quedarse sin un lugar apropiado para vender sus productos temporalmente, ha ocasionado que un grupo de locatarios del mercado público José Castillo Tiélemans, edificado hace medio siglo, se oponga a su reconstrucción, por lo que existe el riesgo de que más de 150 millones de pesos del presupuesto federal sean destinados a obras en otros estados.
Debido a su antigüedad y a que nunca ha sido remodelada, la principal central de abastos de la ciudad, visitada por cientos de turistas nacionales y extranjeros, requiere de nuevo drenaje, mejor servicio de agua potable y de electricidad, entre otros servicios.
Uno de los problemas de la central de abastos es que su estacionamiento y las calles de los alrededores fueron invadidas desde hace varios años por cientos de vendedores, indígenas la mayoría, que tienen el control de esos espacios públicos, de lo que se benefician sus dirigentes, incluidos pandilleros que se transportan en motocicletas, conocidos popularmente como motonetos.
El proyecto de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu), que ya autorizó más de 150 millones de pesos para la reconstrucción del mercado, contempla la demolición del edificio, ubicado en un espacio propiedad del municipio, a siete cuadras del parque central.
La directora de Planeación Municipal, Ana María Pérez Álvarez, explicó que el proyecto consiste en la demolición total del edificio, debido a que tiene 51 años de haberse construido y fue diseñado para un número determinado de locales, que ya han sido rebasados, por lo que los servicios de drenaje, agua potable y electricidad ya no son suficientes.
En entrevista dijo que la intervención se haría en la nave principal, donde venden cerca de 800 locatarios, varios de los cuales se oponen a la demolición del mercado, aliados con los vendedores de la parte exterior que “nada tienen que ver”.
Rosa Estrada García, dirigente de la Unión Sindical de Locatarios (USLO), que aglutina a más de 300 locatarios, explicó que son tres razones principales por las cuales se oponen a la demolición de la central de abastos:
- Temen que ya no quede con la misma calidad, sino con paredes más delgadas.
- No hay espacios adecuados para la reubicación temporal para la venta de sus productos.
- Existe temor de que una vez edificada la obra no se respeten los espacios que ocupan actualmente.
Luis Gamboa Ricci, contralor interno del ayuntamiento de San Cristóbal, manifestó que se tiene que hacer una construcción integral desde los cimientos debido a que el mercado corre el riesgo de colapsar, toda vez que fue proyectado hace más de 50 años y está rebasado, al grado de que hay mucho comercio afuera.
Agregó que ya se hizo un censo, se tomó la medida de cada puesto, el giro y saben ellos dónde estaban y dónde van a regresar en mejores condiciones, esto está delineado perfectamente y había consenso y apoyo de los locatarios. “El problema ocurrió cuando la gente que está afuera, en las calles, empezó a sentirse desplazada del proyecto que tiene que ser primero en el terreno municipal, donde está la nave principal”.
Fernando Pérez Jonapá, ex dirigente de la Confederación Nacional de Obreros Populares (CNOP) y locatario, opinó que “uno de los errores es que el ayuntamiento le dio juego y le presentó el proyecto a la Asociación de Locatarios de Mercados Tradicionales de Chiapas (Almetrach), que ha repartido espacios afuera del mercado: los de la calle ya son mayoría. El ayuntamiento no tiene el control de esas áreas. Ellos hacen la función de autoridad”.
El alcalde Díaz Ochoa informó que siguen las pláticas con los inconformes y “los vamos a convencer; no tenemos mucho tiempo, pero no podemos perder los 150 millones de pesos de inversión para este mercado, que es muy importante para San Cristóbal”.
Narciso Ruiz, uno de los dirigentes en los que se apoyó el alcalde para impulsar la obra, pero que es rechazado por líderes de los locatarios que están en contra, manifestó que la oposición de un grupo de locatarios se debe a que “ha habido una mala interpretación que ha generado que algunos piensen que los van a quitar o les van a reducir espacios y que no fueron tomados en cuenta”.
Señaló que “desde 2010 hay un dictamen de Protección Civil de que las instalaciones ya no son adecuadas y es peligroso para la gente que vende y la que compra. El proyecto de la Sedatu está bien; contempla captación de 188 mil litros de agua, cisterna de 158 mil litros, cámara de vigilancia y muchas mejoras más”.
Consideró que “una vez que se quiten las mentiras y se ventile la información correcta y la gente se dé cuenta de que el nuevo mercado será de beneficio para todos, se puede llegar a un acuerdo para su reconstrucción”.