En total incertidumbre cooperativas de Agua Azul

Un ambiente de tristeza, incredulidad y preocupación prevalece en este lugar donde se ubica el centro turístico de Agua Azul, debido a que por la desviación natural del río la cascada principal llamada La Golondrina se secó hace tres días.

“El nivel del agua comenzó a bajar a partir del terremoto del 7 de septiembre pasado, pero fue hasta hace tres días que bajó unos dos metros y dejó de correr el agua como antes”, dijo Alberto López Urbina, presidente de la Sociedad Cooperativa de las Cascadas de Agua Azul, que administra el centro ecoturístico, ubicado en terrenos del municipio de Tumbalá, en el norte de Chiapas, que cada año recibe a unos 200 mil turistas.

“Nunca en 41 años que lleva el centro ecoturístico funcionando había pasado algo igual, ni en abril o mayo en que baja un poco el nivel de agua por la falta de lluvias”, agregó

Remarcó: “Nunca había pasado por nuestra mente la idea de que algún día pudiera secarse la cascada principal; desde niños y jóvenes conocemos este río y siempre ha estado igual, pero de repente vimos que las piedras empezaron a flotar poco a poco”.

Subrayó: “Esto que ha pasado nos sorprendió a todos porque nunca había pasado. Nunca lo habíamos pensado. Es algo increíble, pero fue natural; fue el mismo río”.

Acompañado por integrantes de la cooperativa comentó que una semana después del 7 de septiembre, en la parte de arriba conocida como La Boquilla –ubicada a  cerca de dos kilómetros de la cascada principal- empezó a disminuir el agua del lado derecho”.

En entrevista explicó que los pobladores fueron a verificar y encontraron troncos y ramas que retiraron pero todo siguió igual. En medio del río había una pequeña isla donde había un árbol que se cayó porque se lavó por la creciente, lo que provocó que se abriera una grieta y que el nivel quedara más bajo, ocasionado que la mayor parte del agua se cargara del lado izquierdo formando un nuevo cauce, aunque dos kilómetros más abajo la corriente se reencausa al río principal”, llamado Agua Azul.

“La mayor parte del agua se fue para el lado izquierdo por la caída del árbol y la desaparición de la pequeña isla, lo que nos ha hecho pensar que pudiera ser a causa del temblor del 7 de septiembre porque a partir de ahí comenzó a disminuir el agua, lo que nunca había sucedido”, aseveró.

Expresó que al desaparecer la cascada de La Golondrina –se le llama así porque cada mañana cientos de estas aves salen de ahí a para ir a comer-  se secó la mítica poza llamada La Licuadora, en la cual han muerto ahogadas más de cien personas en las últimas cuatro décadas.

“Era una poza muy bonita porque tenía una caída como una regadera, por lo que, aunque estaba prohibida la entrada, mucha gente se metía pero ya no salía por los remolinos que tenía. Pero ahora está seca; sólo algunas cruces de metal quedan como recuerdo de los fallecidos”, afirmó.

López Urbina dijo que existe preocupación porque además, de esa parte del río se surten de agua los dos mil 400 pobladores que habitan en el poblado Agua Azul. “No sabemos qué va a pasar. A ver qué dicen los expertos”, dijo.

Decenas de pobladores acudieron este domingo a La Boquilla, donde hace unos seis meses murió ahogado un joven del municipio de Chilón, con palas para retirar la grava que azolvó el cauce anterior, y con barretas para retirar las piedras que podrían obstaculizar el paso del agua.

El presidente de la cooperativa recordó que el centro ecoturístico fue fundado por el entonces gobernador Manuel Velasco Suárez (1970-1976), abuelo del gobernador Manuel Velasco Coello, hace 41 años.

“El plantó el primer árbol aquí. Era presidente Luis Echeverría, quien tuvo aquí una histórica reunión con el entonces presidente de Panamá, Omar Torrijos; mandó a hacer casitas prefabricadas con madera, pero como eran pino se echaron a perder rápido con la humedad. Lo recuerdo bien. Había mucho ejército”.

Señaló que las tierras pertenecían a la finca Agua Azul, y el propietario, Enrique Zardain Villegas las donó al gobierno federal que se las entregó a los pobladores, cuyo padres y algunos de ellos habían sido peones acasillados.

Comentó que por curiosidad, desde este sábado han llegado muchas personas para verificar si es cierto que las cascadas se han secado.

“Las personas adultas se preguntan qué estará pasando, si antes no había sucedido algo así. Dicen que a lo mejor es por los problemas entre los grupos. Lo único cierto es que La Golondrina se secó”.

-¿Qué le pasó al río? –se le pregunta a uno de los jóvenes que con una barreta trata de mover una piedra para rencausar el río, mientras decenas de hombres y mujeres los observan.

-Yo creo que es cosa de allá arriba –contesta señalando hacia el cielo.