(Jueves 7 de agosto de 2003)
Con un fuerte operativo policial fueron recuperadas las unidades de transporte público que los alumnos de la Escuela Normal Rural Mactumactzá mantenían secuestradas, deteniendo la fuerza pública a su paso aproximadamente a 40 personas, entre estudiantes, padres de familia, menores de edad que se encontraban en el lugar y vecinos, al tiempo que se dio la retención de cinco elementos de la AEI por parte de los alumnos, como medida de presión para forzar una negociación.
Al filo del mediodía, los estudiantes liberaron a un informante de Gobierno del Estado, llamado Luis Alberto Guzmán López, que retuvieron el pasado 5 de agosto cuando se infiltraba a la escuela.
Mientras eso pasaba, los estudiantes retenían un camión de refrigerados que se sumó a 11 camiones de transporte público, una camioneta del Ayuntamiento, una de la CFE, una del Conafe y un camión refresquero que ya tenían en su poder; esto a fin de sumar a su lista de víveres los productos que contenía dicho camión, pues a su decir, las provisiones ya se les habían agotado.
Todo esto bajo el argumento estudiantil de que ante la negativa de Gobierno del Estado, éste es el responsable de las acciones que ellos tomen, incluso las que quebrantan la ley y perjudiquen a terceros, pues todo acabaría si garantizan la “automaticidad de sus plazas”.
Por su parte, Marisol, una de las voceras, señaló que estos hurtos no afectaban realmente, pues se hacen a agrandes consorcios empresariales, “partes de la burguesía que está a favor del gobierno, no a los pequeños comerciantes”.
Minutos más tarde, la Policía Sectorial, agentes de la AEI y elementos de Tránsito Municipal rodearon las instalaciones para desplegar el primer intento de ataque; sin embargo, los alumnos colocaron cerca de un tanque de gas dos vehículos y los rociaron con gasolina, bajo amenaza de prenderles fuego si la fuerza pública continuaba avanzando.
Luego, un nuevo informante adscrito a la Secretaría de Gobierno fue retenido por los inconformes, en el momento en que grababan la movilización, y sin conocerse su destino luego de que lo introdujeran a la institución.
Tras dos horas de aparente retirada, los cuerpos policíacos volvieron a constituirse en el lugar, lanzando gases lacrimógenos al interior de la institución, en el preciso momento cuando los padres de familia anunciaban en su instalación una huelga de hambre permanente hasta obtener soluciones.
Mientras la policía utilizaba el gas y la fuerza para replegar a los estudiantes, ellos utilizaban piedras y machetes contra los agresores, siendo el resultado del enfrentamiento: cinco agentes policíacos retenidos, a tres de los cuales les rociaron combustible como amenaza de quemarlos vivos si el operativo no concluía; aproximadamente 40 consignados entre alumnos, padres de familia y menores de edad; tres vecinos lesionados con piedras y uno más detenido por exigir a la policía respetar la integridad física de los ancianos.
Así, mientras el secretario de Seguridad Pública, Julio César Padilla Valdivia, enfatizaba que ya no se distribuirían más gases entre policías, a unos pocos metros de donde se encontraban, los cuerpos policiales se reagrupaban para recibir nuevas recargas de este material.
Con una tensa calma, a las 19:00 horas llegó una comisión de Gobierno del Estado para hablar con los estudiantes.
A las 22:00 horas llegó al lugar el visitador de la CEDH, Ignacio Rodríguez Cal y Mayor, pero el acceso le fue negado por los elementos policiales.












