Con poco más de 30 años de carrera profesional en la nutrición y desde diferentes contextos como el clínico, la docencia y la investigación, la maestra Erika Judith López Zúñiga ha podido vencer diversos obstáculos, logrando hasta la fecha varios de sus objetivos profesionales.
Nacida en Tapachula, pero reconocida en Metapa de Domínguez (de donde es toda su familia), antes de interesarse por la nutrición su objetivo era convertirse en educadora. Sin embargo, tiempo después al ver en la televisión la grave desnutrición de los niños que se vivía en África, su interés cambió.
Su interés por la nutrición creció cuando vio la historia de modelos que padecían anorexia y bulimia, trastornos que comenzaban a darse a conocer. A su vez, en Estados Unidos se reportaba un aumento del sobrepeso y la obesidad.
Otra ciudad
Fue así que comenzó a investigar sobre la nutrición. Cuando llegó el momento descubrió que en Tuxtla Gutiérrez existía la carrera de Nutrición en el Instituto de Ciencias y Artes de Chiapas, el antiguo Icach, hoy Unicach.
Mientras estudiaba consiguió un empleo de telefonista en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). Al egresar, a los 22 años exactamente, se convirtió en jefa del Servicio de Nutrición y Dietética del conocido hospital “5 de Mayo” del IMSS, en Tuxtla Gutiérrez.
Ese primer empleo en su área de conocimiento fue difícil porque la mayoría de los médicos veían al nutriólogo como un “cocinero titulado”, por lo que se discutían sus indicaciones de dieta para los pacientes, pese a tener los suficientes conocimientos y argumentos.
Inicio en la pedagogía
Tiempo después, en el Icach abrieron el Laboratorio de Dietética, donde los estudiantes —para ser nutriólogos— tenían que preparar los alimentos, no obstante, fue llamada para ser la encargada del sitio. Ahí continuó aprendiendo más, ante la responsabilidad de formar a nuevos profesionales.
Con ese compromiso inició una especialidad con el IMSS en la Ciudad de México, conociendo a nutriólogos con gran experiencia de los que pudo aprender mucho más. Al terminar comenzó a dar consulta en el hospital.
En el Icach hizo otra Especialidad en Gestión en Nutrición, con la cual terminó de aprender a formular planes y programas para la enseñanza. Gracias a ello ha podido vivir la evolución de la pedagogía en el nivel superior.
Dice que anteriormente la mayoría de las personas que estudiaban nutrición eran mujeres porque lo relacionaban con la cocina y estaba muy arraigada la idea de que por ello era solo para mujeres. Afortunadamente, este concepto ha cambiado totalmente.
Colegiada
Ya con varios años de experiencia, supo —junto a otras colegas— que existía el Colegio Mexicano de Nutriólogos. Fue así como comenzó a “picar piedra” para ser invitada y después formar y fundar el Capítulo Chiapas con sus otras colegas, hace ya 18 años.
A los dos años presentó el examen de certificación, el cual avala los conocimientos en su área. Una evaluación intensa que logró aprobar con las demás que por igual la presentaron. Esa certificación la han mantenido vigente hasta la fecha.
Desde hace seis años ha participado en el Consejo Directivo del colegio a nivel nacional, primero como vocal (en dos ocasiones), después como vicepresidenta y actualmente como presidenta.