Es un orgullo ser artesano

El barrio Mirador es conocido por ser uno de los más antiguos y populares de Berriozábal, pero también por albergar a familias enteras dedicadas al oficio de las artesanías, como la elaboración de hamacas, pintura o tallado de madera, mismas que han sido reconocidas por su trabajo y creatividad.

En el marco del Día del Artesano, Wendy Gómez, artesana de este barrio, aprendió a tejer hamacas desde los 10 años. Su interés comenzó al ver a su padre trabajar y fue entonces cuando decidió aprender y continuar con el legado de la familia.

“Ser artesana es un orgullo, es un legado que mis abuelos le dejaron a mi papá y él a nosotros; gracias a este trabajo hemos salido adelante”, asegura.

Con 30 años y con la experiencia adquirida decidió emplear su trabajo en algo más y es como decidió hacer las sandalias con tejido de hamaca, actividad que también ha involucrado a su esposo e hijos.

Cerca de donde vive Wendy también se encuentran Luis Ovando y Benita Aguilar, pareja de artesanos que se ha dedicado al diseño de las hamacas personalizadas. Se conocieron hace aproximadamente 18 años, formaron una familia y hoy todos se dedican a tejer hamacas.

Destacan que son pocos quienes deciden dedicarse de lleno a esta especialidad debido a la dificultad que implica. “Una hamaca personalizada me lleva hasta quince días, casi el triple de tiempo en la que hago una normal”, explica Luis.

En su “bastidor” pegan un papel que les servirá de guía para el tejido, por lo regular son diseños con nombres, escudos de equipos de futbol o figuras animadas.

El trabajo que realizan les ha sido reconocido y con orgullo expone que han entregado hamacas a gobernadores y funcionarios públicos; también han enviado sus trabajos al extranjero.

“Es muy bonito ser artesanos, hacemos nuestro trabajo desde casa con todo el corazón y al entregar nuestro producto sentimos esa satisfacción de verlos felices”.