Especialistas alertan por ingesta de remedios caseros

Ivonne Anahí López Miceli, de la Facultad de Ciencias de la Nutrición de la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas (Unicach), enfatizó que antes de consumir cualquier producto al que se le atribuyan beneficios de manera empírica, como el aceite de coco, se consulte primero con un especialista para evitar afectaciones a la salud.

Mencionó que el aceite de coco tiene cierta cantidad de grasas saturadas. Sobre ello, la Organización Mundial de la Salud (OMS) refiere que hay que consumirlas con moderación, porque sí pueden tener propiedades benéficas, pero el exceso en su consumo puede llevar a alteraciones físicas y fisiológicas, que podrían derivar en una enfermedad cardiovascular.

Enfatizó que, antes de tomar este tipo de aceites como remedio casero por sus propiedades —algunas de las cuales aún no están comprobadas—, se debe acudir con un especialista en nutrición, para que pueda establecer, si es posible o no, en qué porciones y con qué frecuencia según el estado de salud.

Una de las propiedades que se le ha atribuido es que funciona para eliminar el hongo cándida, cuando este se activa y se manifiestan diversos síntomas; sin embargo, también debe haber un tratamiento complementario y saber cómo tomarlo. No se recomienda seguir recetas de personas sin conocimientos certeros.

El más recomendable para consumir es el que se denomina extravirgen, que se extrae de un proceso en frío, lo que quiere decir que es más puro. Dentro de las propiedades benéficas atribuidas está el que es antiinflamatorio, además de la reducción de grasa corporal, porque no se va directo al almacenamiento del tejido adiposo.

Tiene ácidos grasos de cadena media que se utilizan como energía principal para el organismo, esto quiere decir que se absorbe directamente a partir del intestino y se va como fuente de energía. Una cucharada de aceite de coco nos va aportar en promedio 117 kilocalorías.

Refirió que hay que preferir aquellas grasas que sean insaturadas, por ejemplo, el aceite de oliva, de cánula, de girasol, que no provoquen ninguna complicación en la salud a mediano o largo plazo por su consumo frecuente.