Esquizofrenia y depresión, alarmas ante el suicidio

La depresión y las conductas asociadas a la esquizofrenia son alarmas que deben tomar en cuenta las familias para evitar el suicidio y, lo más importante, es que se acuda con un especialista para cuidar la salud mental, puntualizó Gabriela Barajas, encargada del servicio de Psiquiatría del Hospital General de Zona (HGZ) número 2 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).

Se ha hecho el llamado a la población sobre la necesidad de que identifiquen algunas conductas para evitar una tragedia dentro del núcleo familiar; de hecho, uno de los aspectos importantes es eliminar el estigma hacia la salud mental.

“Las personas vulnerables al suicidio son aquellas con depresión que además pasan soledad y autoagresión, así como con trastornos psicóticos como esquizofrenia, que condiciona a alucinaciones o ideas delirantes; de personalidad que lleva a impulsividad e inestabilidad emocional, y la anorexia por el fracaso de un ideal inalcanzable de perfección física y un organismo muy deteriorado”, se remarcó desde el IMSS.

Panorama desde el hogar

Dentro de la parte familiar es importante que se observen conductas asociadas con la fatiga, problemas de sueño o apetito, expresiones de sufrimiento, planificación de la muerte y la necesidad de que la persona quiera estar sola.

Consumir en exceso las bebidas alcohólicas o depender de alguna droga, con otros factores que pueden provocar un suicido. A la lista se suman casos por expulsión de la escuela o situaciones que no permiten ver una posible solución a dicho acontecimiento.

“Hay que mantenernos atentos a algún comentario o cambio de las personas, ya que esto puede ayudarnos a identificar alguna conducta de riesgo; si se sospecha que alguna persona tiene riesgo suicida, lo recomendable es preguntar directamente”, agregó la psiquiatra Gabriela Barajas.

El Programa de Protección de la Salud Mental fue una de las estrategias que lanzó el IMSS debido a la pandemia; la intención es que se atiendan problemas asociados a la depresión, el abuso en el consumo de sustancias, la ansiedad y los trastornos del sueño.

“Se vio un aumento de personas con depresión y ansiedad, sobre todo en aquellas que sufren algún tipo de violencia en casa, pues al quedarse en cuarentena tuvieron que convivir más con sus agresores”, remarcó.