Miedo, ansiedad, angustia y sentimientos de culpa, son los síntomas más frecuentes que experimentan las estudiantes víctimas de acoso y hostigamiento sexual en el ámbito universitario de Tuxtla Gutiérrez, con un impacto directo en su rendimiento académico y bienestar psicosocial.
El problema se abordó en una investigación cualitativa desarrollada en la Facultad de Ciencias Humanas y Sociales de la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas (Unicach) en la que se analizó las experiencias de estudiantes de la licenciatura en Psicología que sufrieron acoso y hostigamiento sexual por parte de docentes.
Revelaciones
Una de las revelaciones más importantes es que esta problemática está normalizada y genera graves afectaciones emocionales y académicas en las víctimas.
El estudio, titulado “Experiencias de estudiantes víctimas de acoso y hostigamiento sexual en el ámbito universitario en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas”, fue realizado por Gisela Alejandra Gutiérrez Mandujano.
Testimonios y manifestaciones
A través de un enfoque fenomenológico-hermenéutico, la investigación recogió los testimonios de cinco jóvenes estudiantes y egresadas de la licenciatura, quienes compartieron sus vivencias.
Los relatos detallan cómo el acoso y hostigamiento sexual se manifiestan a través de miradas lascivas, comentarios inapropiados, mensajes de texto con contenido sexual, acercamientos físicos incómodos y, en algunos casos, propuestas explícitas.
Posiciones de poder
Las estudiantes identificaron que estas conductas son ejercidas por maestros que aprovechan su posición de poder dentro del aula.
Muchas modifican sus rutinas, forma de vestir e incluso evitan asistir a clases como mecanismo de protección.
La investigación también señala que el temor a represalias académicas, la falta de credibilidad hacia sus testimonios y la percepción de impunidad hacia los agresores disuaden a las estudiantes de denunciar.
Llamado
El trabajo concluye que, a pesar de existir protocolos institucionales, persiste una normalización de estas prácticas violentas y una evidente desprotección hacia las víctimas.
La investigación hace un llamado a fortalecer los mecanismos de denuncia, garantizar la confidencialidad y aplicar sanciones efectivas, así como a implementar programas de sensibilización dirigidos a toda la comunidad universitaria para erradicar la violencia de género en las aulas.