En Chiapas existen varias especies de búhos, entre ellas se encuentran el pigmeo, aurorita y cornudo, este último de los más grandes de toda América; en algunas regiones desafortunadamente son consideradas aves de mal augurio, pero cumplen con una función biológica muy importante.
Héctor Isaías Cruz Luna, estudiante de la Maestría en Ciencias en Recursos Naturales y Desarrollo Rural, del Colegio de la Frontera Sur (Ecosur) Unidad San Cristóbal, realizó la investigación denominada “Ocupación de búhos en un bosque tropical perennifolio en el sureste”.
Regulan las poblaciones
Señaló que, estudiar la ocupación de depredadores tope como los búhos es crucial, pues estos regulan las poblaciones de las presas que consumen. Los estudios ecológicos evalúan la distribución y abundancia de especies de difícil ubicación.
En seis meses estimó la ocupación y la probabilidad de detección de aves rapaces nocturnas y su relación con las variables ambientales, estructurales y fisiográficas en un bosque tropical perennifolio, ubicado en el ejido Plan de Ayala, en la Reserva de la Biósfera El Triunfo.
Detalló que obtuvo información sobre presencia/no presencia de las especies a través de 60 puntos de conteo y nueve Unidades de Grabación Autónoma (UGAs) en seis transectos con diferente composición estructural de la vegetación.
Se registraron tres especies: Megascops trichopsis, Glaucidium brasilianum y Strix virgata. La especie que presentó mayor ocupación fue G. brasilianum, mientras que M. trichopsis presentó la menor.
La ocupación de S. virgata y M. trichopsis se relacionó con sitios de potreros asociados a bosques y temperaturas variables, mientras que la ocupación de G. brasilianum se asoció con campos agrícolas y variables de la vegetación.
Dijo que solo se registraron dos señales acústicas de S. virgata y una de G. brasilianum. Debido a los pocos registros no fue posible generar un historial de encuentros y estimar índices de ocupación confiables.