“Señor, señor, ábrenos, pero él respondió: ‘Les aseguro que no las conozco’”, por ello “estén prevenidos, porque no saben el día ni la hora”, reflexionó el sacerdote de la Arquidiócesis de Tuxtla Gutiérrez, José Luis Aguilera Cruz, luego de dar lectura al pasaje bíblico de ayer domingo.
Comentó que en el marco del Tiempo Ordinario, del domingo 12 de noviembre, de la semana 34, la parábola que se retoma es la del evangelio de san Mateo, del capítulo 25, versículos del 1 al 13.
Aguilera Cruz comparte lo siguiente: “Estamos ante el género literario de la parábola, estamos en el evangelio de san Mateo, y durante estos tres domingos que faltan, antes del Adviento, vamos a leer cada una de las parábolas del capítulo 25, de san Mateo”.
Agrega: “Estamos a tres domingos antes del Adviento, por lo tanto, el Señor nos invita a que él, en esta parábola que se refiere a las 10 jóvenes, tomemos nuestra vida en serio, la actitud con la que tomamos a la vida, con la que tomamos los problemas; hoy el Señor nos invita a tener valores en cada uno de nosotros”.
Recapitulación bíblica
En la parábola se hace referencia a que había jóvenes previsoras y otras que no lo eran, en donde las precavidas llevaron sus lámparas con aceite extra para llenarlas de nuevo; no obstante, las no previsoras se quedaron sin luz y no entraron al convite.
“Esta parábola, en el capítulo 25 de san Mateo, habla del juicio final, entonces son diferentes parábolas y de diferentes enfoques a la palabra de Dios”, explicó.
Señaló, además, que la parábola que habla de jóvenes que están buscando al esposo, hay cinco previsoras y cinco descuidadas, “lo cual nos recuerda una cosa, mis hermanos, la salvación es personal, nadie nos puede ayudar en nada”.
Sosteniendo que pedir un poco de aceite para salvarnos “no se puede, tenemos que rendir cuentas ante el Señor, pues nuestra cuenta va a ser definitiva, así que más vale estar preparados”.
Del mismo modo, hizo referencia a una puerta: “(…) la cual se abría cuando aquellas muchachas, al ver al esposo, entraban a la fiesta, pero también esa misma puerta se cerraba. Entonces, es una parábola que hace referencia a abrirse a la voluntad de Dios”.