Exigen investigar a fondo asesinato del padre Marcelo

El centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas (Frayba), exigió al Estado mexicano que “se investigue sin atajos ni pactos de impunidad” el asesinato del sacerdote tsotsil, Marcelo Pérez Pérez, ocurrido el 20 de octubre del año pasado en San Cristóbal.

“Cuando se ejecuta a quien lucha por la vida, no basta con condenar: hay que nombrar, esclarecer y transformar. Que haya una investigación exhaustiva identificando a los responsables, sancionando adecuadamente y garantizando que estos hechos no se repitan; que la acción sea un impulso con voluntad institucional para saber la verdad y lograr justicia”, añadió.

En un comunicado recordó que el pasado 6 de agosto en el Centro de Justicia Penal Federal en el estado de Chiapas, con sede en el municipio de Cintalapa, “fue sentenciado a 20 años de prisión el ‘autor material’ de la ejecución extrajudicial del padre Marcelo Pérez”.

Agregó que con esa decisión se ha “cubierto de impunidad y se mantiene la injusticia desde una estrategia institucional que clausura la verdad, sin que se aportaran pruebas que condujeran a los autores intelectuales de este crimen atroz que atentó contra los pueblos y comunidades que luchan por la vida y la paz en Chiapas”

El organismo que preside el obispo emérito de Saltillo, Coahuila, Raúl Vera López, sostuvo que “la ejecución se dio en contra de un defensor de derechos humanos y el Estado, lejos de protegerlo, lo criminalizó, lo persiguió y omitió la Medida Cautelar MC-506-14 ordenada por la Comisión interamericana de Derechos Humanos (CIDH)”. 

El Frayba expresó que “se obstaculizó la justicia, se silenció la exigencia de verdad y justicia. Las acusaciones contra el padre Marcelo Pérez para atacar, intimidar y silenciar su trabajo como defensor de los derechos humanos de los pueblos indígenas, forman parte de un patrón de criminalización contra las personas defensoras en Chiapas”.

Afirmó que “a pesar de contar con medidas cautelares el Estado mexicano no garantizó su seguridad. Una vez más el caso de una persona defensora se trata como un simple homicidio, negando el trabajo por la paz y reconciliación entre los pueblos al que dedicó su vida el padre Marcelo”.