Exigen justicia tras siete años del asesinato de Andrés Jiménez Pablo, líder del Movimiento Campesino Regional Independiente (Mocri).
Los integrantes de la organización marcharon desde la fuente de la Diana Cazadora hasta el Poder Judicial de la Federación (PJF), en donde sostuvieron que fue un crimen alentado desde el Estado, por encabezar el descontento social que prevalecía en varias regiones de la entidad.
En voz de Carlos Jiménez Escobar, el homicidio de su dirigente fue minuciosamente planeado. “ Su asesino esperó a que el ingeniero Andrés Jiménez Pablo saliera de una entrevista radiofónica, en donde públicamente había denunciado la falta de atención a los conflictos agrarios que existían en los municipios de Ocozocoautla, Jiquipilas y Berriozábal, ocasionados por los grupos caciquiles y por funcionarios del gobierno estatal”.
Las comunidades, dijo, se vieron en la necesidad de recuperar sus propiedades a través de la movilización social, el ingeniero Andrés Jiménez Pablo había asesorado a las comunidades en diversas ocasiones, por esa razón sufrió persecución penal y finalmente fue privado de la vida.
Sostuvo que la presión de su organización y las declaraciones de los testigos presenciales fueron lo que obligó a la Fiscalía General del Estado a detener al perpetrador del homicidio; también fue la presión de la organización y la contundencia de las pruebas lo que llevó a un juez penal a condenar a Francisco “N”, como responsable del homicidio de Jiménez Pablo.
“Meses después, sorpresivamente la sentencia condenatoria fue revocada por una Sala Penal que ordenó la reposición del proceso, a partir de ese momento, la actuación de la Fiscalía fue negligente permitiendo que los testigos de cargo fueran presionados y amenazados para que se retractaran de sus declaraciones”, explicó.
Dijeron que la libertad del asesino se determinó desde el año 2019, cuando comenzaron a exigir justicia.