Una alternativa para regular el precio del café y con la cual la economía de los pequeños productores no se vea afectada, cuando este grano disminuya en la bolsa de valores o bien tengan que vender a “coyotes” o trasnacionales a bajo costo, sería establecer un precio de garantía o límite.
Productores
Lo anterior, lo señaló Edgar Ángel Ventura, productor chiapaneco, que además explicó que a muchos no les es favorable la cotización en la bolsa porque depende de varios factores internacionales, pues un día puede estar en 185 dólares la bolsa y al otro en 179, e incluso menos o más.
La competencia más grande de los pequeños productores son las empresas trasnacionales, que compran el grano a muy bajo costo debido al control que ejercen sobre el mercado.
“Coyotes”
Sumado a eso, es una realidad que en la industria cafetalera existen los “coyotes”, que buscan comprar barato y vender caro, lo que obviamente afecta al productor, que en muchos casos al no hacer ellos mismos la transformación del grano aceptan esas condiciones.
Un factor importante es que en los últimos años el rendimiento por hectárea de los cafetales ha bajado. En cafés criollos se producen alrededor de ocho sacos de 57 kilos por hectárea; con la roya este fue el más susceptible.
Refirió que, si bien se han introducido nuevos cafetales resistentes a enfermedades como la roya, necesitan una alta aplicación de fertilizantes, lo que ya no lo hace orgánico, sino convencional o sustentable, con buenos rendimientos.
Nuevas variedades
Sin embargo, actualmente con las nuevas variedades si no se le da un manejo agronómico correcto la producción baja. Esto no todos los hacen por desconocimiento, por lo que solo ven que la productividad disminuye.
El fertilizante que entrega el Gobierno Federal, aunque contribuye en gran medida, en muchos casos no es suficiente y no es la fórmula, hablando específicamente de café. Siendo ingeniero agrónomo, sabe los requerimientos nutricionales que necesita un cafetal, siendo una opción el Triple 17.
Consideró que se debería potencializar más la transformación, haciendo, por ejemplo, tostadurías colectivas o regionales, hacer una organización de marcas de café a nivel estatal, para ayudar a los productores a salirse de solo hacer el cultivo y la cosecha.