Existen siete distritos mineros en Chiapas

En Chiapas, más de un millón 125 mil hectáreas están concesionadas para la explotación minera en el estado.

De acuerdo con documentos oficiales del Servicio Geológico Mexicano (SGM), al que tuvo acceso Cuarto Poder, en los últimos siete años, Chiapas ha incrementado casi en un 10 por ciento la superficie concesionada para la actividad minera, alcanzando su mayor crecimiento a partir del 2011.

Actualmente el valor de la producción minera en la entidad asciende a más de 696 millones de pesos al año, lo que representa una participación del 0.25 por ciento del valor total nacional.

Chiapas está dividido en siete distritos mineros en los cuales se tiene la presencia de ámbar lateritas, caliza, cuarzo, barita, cobre, plomo, zinc, zhanghengita, oro, hierro y titanio, entre otros.

Los minerales no metálicos como la arcilla, arena, caliza y azufre, entre otros, genera una derrama económica por más de dos mil millones de pesos al año.

En la entidad existen 27 plantas para la transformación de materiales, de las cuales tres corresponden a plantas de cal hidratada con capacidades de 200 toneladas por día y dos laminadoras de mármol con capacidad de 30 toneladas, 19 para agregados pétreos con capacidades variables y tres de arcilla.

En la región de Simojovel, la actividad minera se concentra principalmente en la explotación del ámbar, sin embargo,< existe un gran número de bancos de agregados pétreos que son utilizados como bancos de préstamo para la construcción y revestimiento de caminos.

En el documento denominado “Panorama Minero de Chiapas”, elaborado por el SGM, organismo dependiente de la Secretaría de Economía federal, Chiapas ocupa el décimo quinto lugar nacional en la producción de agregados pétreos, décimo segundo en roca caliza y cal hidratada; asimismo, se registra una producción de azufre en el segundo lugar derivado de la refinación de hidrocarburos.

Sin embargo, el informe omite toda clase de registros de producción de minerales metálicos en la entidad.

A pesar de ello, son 110 los títulos de concesión que se han otorgado a empresas mineras en el estado, una parte importante proviene del exterior.

De igual manera, mucho de los materiales que se explotan en las minas de Chiapas son enviadas al extranjero a través de las empresas que operan en diversos municipios.

Como ejemplo son las empresas Industrias Unidas de Cobalto, así como Obras y Proyectos Mazapa, S.A. Debambú, ambas con operaciones en el municipio de Acacoyagua, donde llevan a cabo la explotación de titanio, material cuyo destino final es el continente asiático.

Empresas transnacionales como Linear Gold (Brigus Gold), Blak Fire, Friversides Resources inc., Honour Up Trading y VSMPO-AVISM, entre otras, han tenido presencia en el estado de Chiapas para la explotación de yacimientos mineros.

El rechazo a estas empresas, por parte de comunidades cercanas a las minas concesionadas, ha generado que algunas de estas transnacionales hayan suspendido de manera temporal o definitiva la explotación en la entidad.

Ejemplo de ello es la salida de Chiapas de la empresa canadiense Blak Fire Exploration LTD, la cual suspendió toda actividad minera en nuestro estado, misma que estaba destinada para exploración y explotación de titanio, sorosita, hierro y bario.

Asimismo, la empresa Radius Gold INC mantiene suspendido proyectos de exploración de oro y plata.

En tanto que Brigus Gold Corp, de origen canadiense, tiene presencia en el municipio de Ixhuatán donde cuenta con un permiso de exploración de oro.

Pese a la presión social de decenas de comunidades de Chiapas que mantienen un rechazo a la actividad minera en el estado, ni las autoridades estatales ni federales han dado una postura clara y contundente en torno a la situación que guarda la entidad sobre las concesiones dadas a empresas, así como el tipo de mineral que se está extrayendo en diversos municipios.La calera que persiste por encima de las leyes ambientalesNoé Xicotencalt / CP

Era la década de los setentas cuando un pequeño negocio de producción de cal comenzó actividades de manera artesanal; esa empresa continuó expandiéndose hasta convertirse en un agente maligno para la salud de los habitantes de la ribera de Cahuaré en Chiapa de Corzo.

Historia

La primera empresa elaboraba cal pero de manera artesanal, utilizando hornos para quemar las rocas; además de que el predio vendido inicialmente era de alrededor de cinco hectáreas, hoy Cales y Morteros abarca una superficie de más de 22 hectáreas.

Sobre la década de los setentas la calera comenzó a expandirse y adentrarse en las áreas verdes de la zona, modificó la superficie previamente vendida e iniciaron las primeras deforestaciones y cambios de usos de suelo.

En 1980, mediante decreto presidencial de José López Portillo, se creó y delimitó la superficie del Parque Nacional Cañón del Sumidero, la calera de aquel entonces quedó dentro del bien nacional, sin embargo, nunca abandonó el lugar.

Actualidad

Desde aquel entonces Cales y Morteros del Grijalva S.A. de C.V., se encuentra dentro del polígono del Parque Nacional Cañón del Sumidero, de acuerdo con el decreto del 8 de diciembre de 1980 y su segunda publicación del 15 de mayo de 1981.

Fue en el 2002 que un grupo de habitantes de la ribera y colonias de los alrededores, comenzaron a darse cuenta de padecimientos respiratorios en muchos de los habitantes, principalmente en niños, situación que llamó su atención.

El característico polvo blanco de la cal y partículas negras causadas por la incineración eran constantes en los suelos de las casas, ropa y árboles, pero aún en las vías respiratorias de los habitantes.

Hasta hace unos años la calera aún dinamitaba el cerro para continuar su extracción, lo que provocó rupturas, rajaduras y demás daños a decenas de casas del lugar, los estruendos eran similares a un sismo, dijeron pobladores.

Cales y Morteros del Grijalva se dedicada a la fabricación y venta de calhidra, cal viva, cal agrolita, grava y granzón, por lo consiguiente se ha afectado 21 hectáreas de la pared del lado oriente del Cañón en una pendiente de cinco a 12 por ciento.

Cabe señalar que debido a las distintas normativas ambientales esta empresa presuntamente continúa utilizando combustibles altamente tóxicos para seres humanos y el medio ambiente; se trata del petcoke, una sustancia derivada del petróleo mediante un subproducto de la refinación del crudo.

También es empleado para generar energía en plantas térmicas, con costos bastante inferiores respecto a otros combustibles, por ello su uso; este tiene carácter cancerígeno, afecta las vías respiratorias y genera un efecto notorio sobre cultivos.

Actualmente, en su mayoría, los niños que acuden a la primaria del lugar padecen alguna complicación respiratoria, además, debido a las constantes detonaciones y actividad extractiva se tuvo que derribar un aula de la escuela por el deterioro en su infraestructura.

Lucha

Ante estos precedentes, los pobladores se organizaron formalmente en el 2002 recabando información y pruebas, para luego hacer las denuncias correspondientes ante la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa).

También fueron formuladas ante la Secretaría de Medio Ambiente e Historia Natural (Semahn) y ante la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), pero ninguna de ellas les brindó atención, solamente esta última la cual también ha interpuesto varias denuncias.

En mayo de 2016, se acordó realizar mesas de acuerdos entre los denunciantes, representantes de la calera y las dependencias antes citadas, sin alcanzar ningún resultado.

En julio pasado, el delegado de la Semarnat, Amado Ríos Valdez, otorgó la licencia de funcionamiento número 127DF/SGPA/UGA/DMIC/49032016 a Cales y Morteros, por lo que la empresa opera con toda normalidad e impunidad al violar las leyes ambientales.

Daños ambientales

Deforestación y pérdida total de especies, transformación del paisaje y la erosión del suelo provocando alteraciones en el ciclo hidrológico, que limita el crecimiento de las plantas y conduce al paulatino deterioro de los recursos naturales.

La selva baja caducifolia es considerada el tipo de vegetación tropical en mayor peligro de desaparecer, la zona donde se encuentra establecida la empresa de manera irregular presentaba componentes arbóreos de cuatro a 10 metros de altura, con un estrato herbáceo reducido.