Exploraciones arqueológicas en Ocozocoautla

En un recorrido de 27.3 km² se encontraron 53 sitios arqueológicos y 2 mil 764 fragmentos cerámicos en Ocozocoautla, los cuales ayudaron a comprender y formular teorías sobre posibles rutas que ayudaron a las culturas antiguas, “ya fuera para poder trasladarse o mantener el poder en la región”, detalló el arqueólogo Antonio Martínez Tuñón.

Lo anterior tuvo lugar en una presentación titulada “Recorrido arqueológico en la frontera prehispánica de Ocozocoautla” para el Centro-Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) Chiapas.

En el proyecto colaborativo que contó con el apoyo del Instituto de Estudios Mesoamericanos de la Universidad de Albany y financiado por la Fundación Nacional de Ciencia, también se encontraron 355 colecciones de material arqueológico de superficie y se realizaron cinco pozos estratigráficos.

Un análisis de temporalidad en 42 sitios permitió comprender “cómo fueron cambiando a través del tiempo las estrategias territoriales”, y cómo estas estaban relacionadas con las rutas comerciales, algunos sitios con amplio control territorial y a la par de las culturas, tal y como las que habitaron el sitio arqueológico de Chiapa de Corzo.

Si bien en algunos sitios no se encontraron estructuras monumentales, “tuvimos la suerte de que había un perfil expuesto y encontramos grandes cantidades de cerámicas, en las que destacan fragmentos que parecen ser un tipo importado de la costa del golfo, lo que nos indica que este sitio sin grandes monumentos tenía contacto comercial”.

Detalla que esto sustenta las dos principales regiones comerciales de la época: las de la costa del golfo con el sitio de La Venta y con la región del Soconusco. Esto ayuda a poder resolver algunas incógnitas del por qué y cómo es que elegían las sociedades antiguas el lugar para asentarse.

“Hace unos años hicimos un modelo espacial que intentaba identificar cuáles eran las rutas de comunicación entre estas dos áreas, y encontramos sorprendentemente esta red de sitios que se encuentran en Chiapas”.

Estas unidades habitacionales —explica— tuvieron que crecer como conjunto “en la entidad política a partir de los recursos propios, para después intentar influir en las rutas de comunicación”, concluye.