El terreno que ha ganado el ámbar chiapaneco en el mercado nacional e internacional, al grado de ir aumentando su demanda desde 2012, ha generado también sobreexplotación en los hombres que trabajan en las minas para extraer la gema de Chiapas, principalmente las que se ubican en el municipio de Simojovel de Allende, donde el peligro acecha minuto a minuto.
En condiciones extremadamente peligrosas y por unos cuantos pesos, los mineros durante años han puesto en riesgo su integridad, éstos llegan desde las siete de la mañana para trabajar hasta las once o hasta el mediodía; se trata un trabajo pesado y con poca oxigenación, ya que existen cuevas ubicadas en las entrañas de los cerros, de donde a diario sacan varias carretillas de cascajo.
Para que los mineros puedan correr con suerte de encontrar ámbar en bruto, pueden pasar hasta semanas, por lo que su trabajo debe ser revalorizado tanto por los artesanos como por las propias autoridades, quienes han dejado de lado su seguridad.
Para lograr la obtención del ámbar, los mineros realizan un gran esfuerzo y sacrificio, debido a que cuentan con pocas herramientas de trabajo y exponen sus vidas ante los derrumbes de la tierra que no cuenta con apuntalamiento.
Posteriormente, venden la materia prima a los artesanos quienes aplican la técnica de lapidaria, pulen y tallan la resina de diferentes tonalidades que la naturaleza otorga.
Trabajan hincados o acostados en pequeñas galeras que están principalmente al fondo, el terreno es suelto y movible, lo que provoca en ocasiones derrumbes y por consiguiente tragedias.
El peligro está representado en las lajas pesadas que no las apuntalan cuando continúan excavando en busca de la preciosa gema, a través de las cinceladas a punta de marro.
Uno de los mineros, de nombre Jesús Sánchez Hernández, ha dejado las actividades de producción agrícola, la cual es otra de las fuentes de ingresos de las familias, lo anterior por la falta de apoyos federales y por el grave problema de mover sus cosechas y venderlas a un precio justo.
Ante la falta de apoyo al campo chiapaneco, aseguró que muchos campesinos han abandonado la tierra para dedicarse a una actividad que califican como peligrosa, responsabilizando a un gobierno (no sólo de este sexenio) que ha abandonado al pueblo pobre, a esas personas que se dedican a ganarse la vida directamente de la tierra.
Por lo antes expuesto, los obreros exigieron al Gobierno Federal mejorar las condiciones de trabajo que mantienen en este sector, además de brindarles apoyos para sostener a sus familias con alimentos y recursos económicos, sobre todo durante este confinamiento por la pandemia, porque no hay fuentes de trabajo seguro y tampoco dinero para llevar comida a sus hogares.
Cabe destacar que de acuerdo al Consejo Regulador del Ámbar, en Simojovel existen por lo menos cinco mil minas de extracción de ámbar en donde centenares de personas se dedican a buscar esa piedra debajo de la tierra.
Ante este panorama, solicitaron a los tres niveles de gobierno en México, darle la importancia debida ya que muchos han quedado atrapados, al no contar con capacitación y herramientas adecuadas.
Algunos utilizan la bomba de extracción de agua pero el dióxido de carbono provoca que pierdan la vida, por ello exigen una medida para poder oxigenarlos en las cuevas que encierran un gran calor a medida de que se van internando.