Bajo el título “En la más honda música de selvas”, la Asociación Miguel Álvarez del Toro (AMAT) y la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas (Unicach) realizaron un conversatorio que combinó arte, ciencia y exploración de uno de los espacios más imponentes de la naturaleza: los cañones y sumideros.
El compositor Federico Álvarez del Toro, abrió el evento y presentó sus obras “Obsidiana” y “Adagio”, inspiradas en la biodiversidad chiapaneca, mientras científicos y exploradores destacados, reflexionaron acerca de la importancia de conservar el patrimonio natural.
Colecciones biológicas
Susana López de Lara, directora de la Escuela de Biología de la Universidad Autónoma de Chiapas (Unach) y divulgadora reconocida por la Unesco, resaltó el valor de las colecciones biológicas, en particular la de lepidópteros (mariposas y polillas) de la familia De la Mesa, considerada la más grande de México.
“Estas colecciones son testimonios vivientes de nuestra biodiversidad. Los escarabajos, por ejemplo, son uno de los grupos zoológicos más representativos”, afirmó.
Recordó su vínculo con el legado de Miguel Álvarez del Toro, padre de Federico y pionero en la conservación en Chiapas. “Somos amigos de toda la vida. Don Miguel fue un talismán para quienes admiramos la naturaleza”, destacó.
Además compartió anécdotas de un curso de geología en la década de 1980, liderado por el italiano Francesco Lo Forte, donde exploró cuevas y paisajes junto al espeleólogo Tulio Bernabé.
El Arco del Tiempo
El explorador Paco Méndez, con más de tres décadas recorriendo selvas y abismos de Chiapas reveló detalles de su técnica de escalada clean climbing (sin asistencia externa) y su papel en la documentación de sitios como el Arco del Tiempo, una formación rocosa de 40 millones de años.
“Este arco fue un paleocauce abandonado. Hoy es un símbolo, pero en los 90 casi nadie lo conocía”, explicó.
Destacó la relación entre biodiversidad, lluvia y geología en el estado y explicó que “Chiapas aporta un tercio del agua del país y alberga el 76 % de las aves mexicanas. Su roca caliza, formada bajo el mar hace 400 millones de años, interactúa con el CO2 de la descomposición orgánica, creando cuevas y cañones”.
El italiano Matteo Cassella, buzo técnico y explorador, narró su transición de ingeniero a instructor de espeleobuceo en Quintana Roo, y su llegada a Chiapas en 2016. “Descubrí el Cañón del Río La Venta cuando aún era poco visitado. Explorarlo durante cinco días fue una experiencia única”, compartió.
El conversatorio subrayó la conexión entre arte, ciencia y aventura en la preservación de Chiapas. Federico Álvarez del Toro cerró con un llamado a “escuchar la música de las selvas”.