El biólogo Juan Carlos Castro Hernández, director de la Reserva La Encrucijada, expuso su relevancia ecológica, así como los desafíos urgentes que enfrenta para su preservación destacando dos principales factores que son el asolvamiento y especies invasoras.
Durante al presentación de una ponencia el especialista destacó que la Encrucijada es un área clave en Chiapas por su biodiversidad, que incluye manglares, dunas costeras, selvas y sistemas lagunares.
“Esta reserva alberga especies endémicas y es vital para actividades como la pesca, que sustenta a comunidades locales. Además, funciona como barrera natural contra fenómenos climáticos”, manifestó.
Amenazas
El director señaló dos grandes amenazas: el asolvamiento de lagunas que se trata de la acumulación acelerada de sedimentos por actividades humanas en cuencas altas, medias y bajas que está matando los cuerpos de agua; y el cultivo de palma.
“Esto altera la dinámica hidrológica, reduce la profundidad de las lagunas y afecta la entrada de agua marina, perjudicando la reproducción de especies acuáticas y la pesca”, precisó.
El experto comentó que el cultivo de palma africana, aunque rentable, se ha dispersado de manera descontrolada hacia ecosistemas naturales como son los manglares, dunas y selvas; debido a su resistencia y dispersión por agua o fauna su crecimiento desmedido desplaza especies nativas y modifica los hábitats.
Ante ello, Castro Hernández planteó acciones estratégicas, como implementar medidas preventivas en actividades aguas arriba para reducir el flujo de sedimentos; realizar desazolves planificados en zonas críticas para restaurar el flujo natural del agua.
Así como la erradicación de plantas invasoras en áreas naturales, mediante la sustitución gradual por sistemas agroforestales diversificados (cacao, coco, ramón, hortalizas y especies maderables), en colaboración con programas como Sembrando Vida.
“Este enfoque busca equilibrar la economía local y la conservación, sin afectar abruptamente los ingresos de los campesinos”, expresó.