Legisladores federales buscan que los denominados “influencers” paguen impuestos cuando lucren con el contenido que publican en las distintas redes sociales, tratándose de publicidad engañosa por la que reciban un pago. Además, aquellos que no generan recursos económicos quedarían exentos.
Según la propuesta planteada, las personas que reciban pagos por medio de las diferentes plataformas, al lograr cierta cantidad de vistas, likes o seguidores, esos ingresos tendrían que ser fiscalizados por el Servicio de Administración Tributaria (SAT), por lo que tendrían que estar en el Registro Federal de Contribuyentes (RFC).
De acuerdo con el contador público Néstor Gabriel López López, síndico del contribuyente del Consejo Coordinador Empresarial de Chiapas, los influencers actualmente sí pagan impuestos a pesar de que no hay un régimen fiscal específico para ellos.
Mencionó que todos los influencers que con likes, vistas o seguidores reciben una retribución por parte de las plataformas, estas personas ya tienen un régimen fiscal general, pero no específico, es decir, sí tributan según la Ley del Impuesto Sobre la Renta.
Consideró que con esta propuesta quizá lo que se busca es establecer un régimen específico, con ciertas condonaciones para determinadas personas, como las que no cobran, fuera de eso no tiene otro sentido. “Aunque muchos ya pagan impuestos, nosotros hemos asesorado a algunos influencers”, mencionó.
Quizá en este punto, la vía por la que el SAT puede fiscalizar la actividad de los influencers es por los depósitos bancarios, o bien, por lo que diga su nivel de vida, tomando en cuenta que pueden recurrir a pagos en especie, autos, joyas, ropa, accesorios, viajes, para no manejar dinero.
Para el SAT no representaría ninguna inversión o demanda de recursos, pues las instituciones del sistema financiero se han convertido en un auxiliar en la recaudación, y eso incluye las plataformas tecnológicas para que se pueda recabar información de los contribuyentes.
Por ello, les flexibiliza una serie de atributos porque el poder de información a la luz de las bases de datos que administran estas plataformas tecnológicas, le ayuda mucho al SAT para detectar no solo el no pago de impuestos, sino los recursos de procedencia ilícita.