Ante el crecimiento de la violencia de género y feminicidios en el estado, Patricia Chandomí, acompañante de mujeres sobrevivientes de violencia, señaló que las estrategias de prevención han fallado al estar centradas exclusivamente en las víctimas y no en los agresores.
Criticó que por más de diez años se ha repetido el mismo enfoque sin obtener resultados distintos: “ya es momento de trabajar con los agresores. ¿Dónde están los centros de rehabilitación para hombres violentos?”, cuestionó.
Planteó la necesidad de que exista publicidad con hombres arrepentidos, que muestren las consecuencias de sus actos, como una forma de disuasión.
La acompañante alertó sobre un fenómeno que está ocurriendo en la sociedad a la que catalogó como “pedagogía de la crueldad”, donde la brutalidad de los crímenes parece competir por la atención, normalizando la violencia extrema”.
Chandomí cuestionó la distribución de recursos para atender la alerta de violencia de género, señalando que en los municipios de la zona Altos de Chiapas, los ayuntamientos carecen de programas de prevención.
“Se abandona mucho ese tema de prevención y de atender la violencia contra las mujeres bajo el pretexto de los usos y costumbres”, denunció.
Calificó la evaluación de riesgo por parte de las autoridades como deficientes y que la formación en género del personal que atiende a las denunciantes es limitada, lo que deriva en que se oriente a las mujeres hacia la conciliación con su agresor, algo que es inadmisible en casos de violencia.