FAM, vigilancia en el aire y apoyo en tierra

Tres fechas importantes han marcado la pauta de la aviación militar en nuestro país. En la actualidad, México cuenta con todo un equipo profesional que cuida la soberanía nacional, pero también realizan labores de protección social y de ayuda en casos de emergencias.

En 1915, en el gobierno de Venustiano Carranza, se hizo oficial la creación de la Armada de Aviación Mexicana. Casi tres décadas después se elevó de rango a Fuerza Armada, y para 1992, también por órdenes presidenciales, se decretó el Día de la Fuerza Aérea Mexicana, que se celebra cada 10 de febrero.

La soberanía nacional es prioridad

Durante esos años y hasta la fecha, dicha corporación ha formado generaciones de pilotos aviadores, pero también de otros profesionales que se encargan de monitorear el comportamiento climático y hasta de personas que se convierten en los ojos en el cielo de quienes se encuentran a bordo de las aeronaves.

Con lo antes señalado, ejemplo de honor, valor y lealtad es Erick Ávalos Zavala, subteniente de Fuerza Aérea Piloto Aviador. Desde muy pequeño se identificó con los aviones. Después de la preparatoria, el siguiente paso fue el Colegio del Aire en Guadalajara (Jalisco).

La institución, dijo, representa un orgullo y también una responsabilidad de servicio para la nación. Los cambios fueron palpables para su persona, dijo, en la parte de disciplina a largo de cuatro años de formación, desde la alimentación, el estudio y hasta las actividades físicas.

En el perfil que tiene, la preparación de un piloto primero se hace en tierra para estudiar la situación. En el aire, estas personas adquieren las capacidades para comprender los sistemas de esas unidades aéreas y actuar en caso de alguna emergencia.

“Empecé en la Escuela Militar de Aviación con el Cessna 182, es una aeronave más lenta, así se puede iniciar y hacer el adiestramiento que se necesita para lograr integrarse en el modo de la aviación”; la siguiente en la que subió fue una Grob 120, que contaba con sistema de pantalla más rápida y en la que se pueden hacer acrobacias.

Durante el cuarto año de formación, explicó, llegó el turno de pilotear el PC-7. El objetivo que tiene Erick Ávalos Zavala es mejorar para ascender y convertirse en un instructor de vuelo. Formar parte de la Fuerza Aérea Mexicana ha sido motivo de felicidad para su familia.

Vigilancia del tiempo

Conocer las condiciones climatológicas de ciertas regiones también es indispensable en la institución, desde ahí se apoya el trabajo que realizan los elementos en tierra o aire, de ese tamaño es la responsabilidad que también cumple David Roberto Angeloz Bautista, subteniente de Fuerza Aérea Meteorólogo.

Recién graduado, apenas en septiembre del año pasado, hoy realiza su trabajo en la Base Aérea Militar número 6, ubicada en Tuxtla Gutiérrez; la aeronáutica llamó su atención, por ello se encarga de entender y pronosticar eventos naturales como precipitaciones, ciclones tropicales o frentes fríos.

Su intención profesional es el ascenso y aprovechar las oportunidades de estudio que se ofrecen; aspira a una Maestría en Ciencias Meteorológicas. “Desde el inicio, cuando somos cadetes, nos enseñan a la letra lo que son los valores. Eso a lo largo del tiempo ha influido en mí para ser una mejor persona”, destacó.

Continuó: “Tanto los pilotos aviadores como los demás servicios que tiene la Fuerza Aérea, cada quien hace lo que le corresponde para que todos en conjunto tengamos un buen trabajo, un mejor desempeño, sobre todo, con seguridad y en apoyo para la población civil”.

Silvia Liliana Magaña Rivera es subteniente de Fuerza Aérea Controlador de Vuelo. Estar en la institución ha significado una superación personal y profesional. Ella tiene como responsabilidad dirigir los movimientos que hacen las aeronaves en el espacio aéreo de la zona.

Su meta profesional es continuar con sus estudios y avanzar en la cadena de ascenso. Para estar en la institución, resaltó, se requiere de valor y disciplina.