Fauna silvestre: farmacia viva de las comunidades

Fauna silvestre: farmacia viva de las comunidadesAlgunos animales están en peligro de extinción. Diego Pérez / CP

Armadillos para combatir el pie de atleta, zopilotes contra la erisipela y zorros grises para aliviar el dolor durante el parto. Estas son solo algunas de las aplicaciones medicinales que comunidades indígenas de la Sierra Mariscal (México) y San Marcos (Guatemala) atribuyen a la fauna silvestre, según un estudio pionero publicado en Acta Zoológica Mexicana.

La investigación, liderada por universidades de Chiapas, Puebla y Veracruz, revela que 21 de 24 especies animales registradas son utilizadas con fines curativos, mientras ocho se consumen como alimento.

Los mamíferos silvestres, como armadillos, tlacuaches y ardillas, representan el 41 % de los recursos aprovechados, seguidos por animales domésticos o exóticos (20.8 %) como cabras y burros, cuyos órganos se usan contra resacas o “mal de ojo”.

Hallazgos

El 70 % de las 110 personas encuestadas (mayores de 30 años) prioriza el uso medicinal sobre el alimenticio.

En La Esperanza, Guatemala, el 90 % mencionó propiedades curativas en animales, destacando tratamientos para asma, cáncer, epilepsia y neumonía. Partes como piel, huesos, grasa y carne se preparan en caldos, bebidas o ungüentos.

De las 24 especies reportadas, 14 se consumen en caldo, asada, bebida u otra forma de ingesta. La carne, huevo, piel y partes o derivados (huesos u otros órganos) se registraron con mayor frecuencia de consumo para aves, que para mamíferos

Alerta conservacionista

Pese a su valor cultural, muchas especies están amenazadas por caza ilegal y pérdida de hábitat. Los investigadores enfatizan la urgencia de integrar este conocimiento en planes de manejo sustentable, como las Unidades de Conservación (UMA).

El estudio, realizado en febrero-marzo de 2023, comparó cinco comunidades, cuatro en Chiapas (principalmente indígenas mam) y una en Guatemala. “Comparten una biodiversidad sin fronteras, pero cada grupo adapta los usos a sus necesidades y cosmovisión”, explica el estudio.

Los científicos destacan que el potencial para desarrollar nutracéuticos (compuestos bioactivos derivados de fauna) podría validar científicamente estas prácticas ancestrales. “No se trata solo de conservar especies, sino de revalorar un patrimonio biocultural en riesgo”, concluye el equipo.