La fe y devoción unió a cientos de católicos en el recorrido de las tres imágenes de las vírgenes: Margarita Concepción, Santa María de Candelaria y de la Asunción desde las playas del océano Pacífico, lugar en el que hace 412 años fueron encontradas.
A su llegada a la iglesia se realizó el baile de “Los Enmascarados” e inició la feria patronal en Mazatán en honor a la llamada Reina de la Diócesis de Tapachula que concluirá el 8 de diciembre próximo.
Origen de la tradición
De acuerdo a historiadores y habitantes de Mazatán hace 412 años hallaron tres imágenes en cajones de madera dentro de una barcaza naufragada en la playa Las Conchas del ejido Emiliano Zapata, y en las cajas estaban tres vírgenes que actualmente se encuentran en Mazatán (Margarita Concepción), Tuxtla Chico (María de Candelaria) y Tacaná en Guatemala (Virgen de la Asunción), mismas que habrían sido enviadas desde Europa hacia esta zona.
“La fiesta es un agradecimiento de la intercepción de la Santísima Virgen María ante el señor por los casos difíciles de salud, económicos, pero sobre todo de dificultades en la maternidad que la imagen representa”, expresó doña María Wong.
Posteriormente, en las principales calles de Mazatán se llevó a cabo uno los bailes más antiguos de Chiapas conocido como “El baile del diablo” y “Los enmascarados”, como un símbolo de fe y devoción en honor a la Virgen Margarita Concepción.
Jóvenes y personas adultas se disfrazaron de diablos y enmascarados para pagar mandas o promesas y participaron en un recorrido por las principales calles.
Estos coloridos personajes fueron bailando al compás de melodías populares ejecutadas por la marimba bajo temperaturas que superan los 35 grados centígrados, utilizando vestuarios estrafalarios o graciosos, caracterizando a personajes del momento, convirtiendo este baile en parte de la historia y cultura de Mazatán.
Herón Villalobos Balcázar, organizador del baile, afirmó que las personas que participaron de la correteada caracterizándose de diablos y los enmascarados fueron en su mayoría devotos que han recibido algún favor o milagro y que a manera de manda o por promesa año con año celebran esta representación en agradecimiento.












