“Febrero loco y marzo otro poco” no es solo un dicho popular es también una advertencia climática. El refrán, arraigado en la sabiduría campesina refleja la transición volátil entre el invierno y la primavera, marcada por temperaturas extremas, frentes fríos tardíos y lluvias inusuales.
En Chiapas, el dicho también es una realidad que define la vida cotidiana. Pues se presentan desde heladas en las zonas altas hasta lluvias torrenciales en norte del estado, estos fenómenos desafían a agricultores, comerciantes y familias.
¿Por qué son “locos”?
El dicho resume siglos de experiencia observando los caprichos del clima durante la transición estacional, advirtiendo sobre la necesidad de prepararse para lo impredecible.
En la cultura campesina, se asociaba a febrero con “locura” por su incapacidad para definir una estación clara.
Y marzo aunque con tendencia hacia días más largos y templados, aún pueden ocurrir sorpresas, como las famosas “heladas de marzo”, que dañan cultivos.
Daños 2024
Según datos de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), en febrero de 2024, San Cristóbal de Las Casas, ubicado a dos mil 200 metros sobre el nivel del mar, registró temperaturas mínimas de 2°C al amanecer, seguidas de días con máximas de 22°C.
En municipios como Pantelhó y Chenalhó, las heladas de marzo 2024 dañaron el 15 % de los cafetales, según el Consejo Estatal del Café.
En Venustiano Carranza, el año pasado, productores reportaron retrasos en la siembra por suelos fríos y secos.
Explicación
De acuerdo con la Conagua, febrero es el mes donde confluyen los últimos frentes fríos del invierno con el inicio de las primeras ondas cálidas de la primavera. Generando una inestabilidad climática en estos meses especialmente en el hemisferio norte.