La lucha contra el uso del glifosato, uno de los herbicidas más comercializados en el mundo, deriva por algunos casos que han demostrado su impacto negativo en la salud del ser humano, al grado de causar cáncer.

Héctor Bernal Mendoza, docente e investigador experto en agroecología, mencionó que en los últimos años se ha dado una lucha de información muy fuerte desde que se empezó a denunciar al glifosato como posible cancerígeno.

Indicó que la empresa que era dueña de la patente, Monsanto (que hoy forma parte de Bayer), invirtió bastante recurso en estudios supuestamente científicos que mostraban que el herbicida no era cancerígeno.

Sin embargo, “otras investigaciones realizadas por otros organismos demuestran que sí tiene efectos en el sistema linfático y endocrino humano”, agregó el investigador que también ha formado parte de organizaciones civiles relacionadas al medio ambiente, la soberanía alimentaria y otros temas.

A partir de entonces Bayer ha estado perdiendo juicios. El último se dio a conocer recientemente, por el cual fue condenada a pagar 25 millones de dólares a una persona que estuvo utilizando glifosato, demostrando que el cáncer que desarrolló estuvo relacionado con la sustancia.

El investigador comentó que la lucha contra el glifosato se está dando en varios países; en México esto se ha fortalecido durante el actual gobierno que viene avanzando desde el sexenio anterior, cuando se pretendía autorizar el uso de cultivos transgénicos.

Se dio una movilización de académicos, científicos y organizaciones civiles que se opusieron, logrando detener el decreto que ya había autorizado la Secretaría de Agricultura, mientras que en la actual administración se dio un decreto a finales del 2020 para prohibir de forma definitiva el maíz transgénico.

La batalla ha continuado debido a que a consecuencia del decreto tenían que emitirse una serie de reglamentos y leyes que afectaban los intereses de las empresas que comercializan la sustancia, por lo cual se dieron amparos y una movilización para desa-creditar el decreto.

Pero apenas en mayo pasado un tribunal colegiado finalmente cerró el asunto, confirmando el decreto de 2020 y actualmente se está en proceso de tomar todas las medidas para que en un lapso máximo de tres años desaparezca el glifosato del país.

Explicó que el glifosato es una sustancia química que impide la formación de proteínas en cualquier planta, sea arbustiva, arbórea o herbácea, interrumpiendo su crecimiento. Este tipo de sustancias se conoce como herbicida, porque en general mata a las plantas, ya que es de amplio espectro.

El glifosato no se puede usar en cualquier cultivo porque al entrar en contacto con cualquier planta la mata completamente, únicamente se utiliza en semillas transgénicas especialmente resistentes a los herbicidas, como en el maíz, la soya y otros altamente comerciales, de monocultivo y muy extendidos en varios países.