“Gordofobia”, discriminación por la apariencia física
La especialista indicó que los estereotipos tienen un alto impacto en la autoestima de miles de personas y se tiene la idea de que los cuerpos con sobrepeso no pertenecen a la sociedad.

William Chacón / CPDe acuerdo a la Encuesta Nacional sobre Discriminación 2017, en el país, 20.2 por ciento de la población de 18 años o más declaró haber sido discriminada en ese año. Los motivos principales fueron: la forma de vestir o el arreglo personal, el peso o estatura, la edad y las creencias religiosas.

Respecto al porqué de la discriminación, se obtuvo por respuesta en primer lugar el sobrepeso con el 10.7 por ciento, y consecutivamente, la forma de vestir con el 9.7, el color de piel con el 5.6, la edad con el 5.2 y también por su imagen con el 5.2 por ciento.

Específicamente, la discriminación por características físicas se da por los estereotipos de belleza que se promueven en programas de televisión, en redes sociales, campañas publicitarias y diversos medios, que son tan frecuentes que ha normalizado ese estigma hacia personas con sobrepeso y obesidad.

No pertenecer

La psicóloga clínica y psicoterapeuta Gestalt, Leticia Pérez de la Cruz, comentó que actualmente la exclusión a las personas con sobrepeso llega al grado de un sentido de no pertenencia en la sociedad porque no se apegan a lo “socialmente aceptado”, pensando que su cuerpo no es sano y estético, es decir, que no se asocia a la salud y la belleza.

En los últimos años la cultura fitness y las operaciones estéticas han reforzado la discriminación por apariencia física, los influencers de belleza y moda han reforzado los estereotipos sobre la apariencia física aceptada socialmente: cuerpo delgado, atlético, complementado con ropa en tendencia.

Existe la idea de que tener un cuerpo delgado o tonificado es señal de buena salud; por el contrario, el sobrepeso y la obesidad es reflejo de malos hábitos alimenticios y enfermedades, pero ambas ideas no son del todo ciertas y tampoco equivocadas.

Generalmente a las personas con sobrepeso se les asocia con valores morales como la falta de autocontrol, indisciplina, flojera, pasividad o que son inseguras; pero la verdad es que hay muchos factores por los que una persona llega a ese punto, por ejemplo, por enfermedades como el hipotiroidismo o por genética.

Lo cierto es que la obesidad es una enfermedad, no es una decisión personal; al igual que lo puede ser la obsesión con el bajar de peso, que puede convertirse en anorexia o bulimia, o en su caso, la vigorexia, un trastorno mental en el que la persona se obsesiona por su estado físico, afectando su conducta alimentaria.

Cuerpos “perfectos”

La especialista mencionó que es bastante común el obsesionarse con el peso corporal, sin importar si son menos de 10 kilos los que tienen de más. Jóvenes y adultos, hombres y mujeres se someten a dietas y ejercicio intenso por “quemar la pancita, marcar la pompa, todo por el estereotipo del cuerpo perfecto”.

En el caso de los niños y adolescentes, estas ideas convertidas en normas sociales causa un mayor impacto, buscando ser aceptados y pertenecer un “grupo de poder”. Es peor cuando la misma familia promueve esas ideas, lo que puede también generar trastornos alimenticios y de autoestima.

Mencionó que el impacto negativo de los estereotipos es más común en las mujeres niñas y adolescentes, por el alto uso de las redes sociales, que es donde más se promueven (por influencers y cantantes) algunas dietas, que no siempre son correctas.

Además, se refuerza con que hoy en día la cultura fitness ha cobrado gran relevancia en todo el mundo, con diferentes disciplinas como correr, crossfit, calistenia, body rock, strong nation, así como el lanzamiento de productos como proteínas, cremas, pastillas para bajar de peso.

Crianza afectiva

La psicóloga clínica destacó que la clave para que las ideas sociales sobre la apariencia no tengan mayor impacto es la crianza afectiva desde la infancia. Inculcar ideas que refuercen la autoestima y aceptación del cuerpo, haciendo entender que todos los cuerpos son totalmente diferentes.

Si un padre o una madre no tiene una buena relación con su propio cuerpo, impacta de forma directa a sus hijos, aunque no les digan en relación con el peso corporal. Es correcto cuidar el cuerpo, pero también es importante destacar su valor, promoviendo el respeto a los demás.

Es vital entender, destacó Leticia Pérez, que el bienestar emocional y la autoaceptación es parte vital de la salud. Entender que todos los cuerpos son distintos, cada persona tiene su historia, sus problemas personales, laborales y de salud. “No discriminar a nadie porque no sabemos qué es lo que están pasando y viviendo, sin suponer cosas”.