Al investigador y docente Federico Antonio Gutiérrez Miceli, la vida lo llevó convertirse en el primer titulado en ingeniería bioquímica en Chiapas y al mismo tiempo del Tecnológico Nacional de México (TecNM); gracias a ello, actualmente sus investigaciones son útiles a nivel mundial.
Dentro de sus anécdotas comenta que fue el primer estudiante de bioquímica en presentarse a un examen de titulación, por lo que fue un evento al que acudieron muchas personas, y su material de apoyo lo elaboró en un rotafolio.
Con un foro lleno de cien personas en el edificio principal, reconoce que se sintió intimidado, por lo mismo, a la hora de ser cuestionado por el jurado, se puso muy nervioso y todo lo que sabía sobre la molécula lecitina, con la que trabajó, se le olvidó, así que entre sonrisas comparte que lo aprobaron más por humanidad que por unanimidad.
Actualmente, se le puede ver entre los pasillos del edificio Z del TecNM (Campus Tuxtla), en donde se dedica a la docencia, la investigación y la vinculación.
Comparte que fue casi una casualidad del destino la que lo orientó a estudiar esta carrera que hoy ejerce con pasión y dedicación.
Inicios
En 1974 llegó al Tecnológico porque su hermano Rigoberto Gutiérrez (QEPD), quería estudiar ingeniería industrial y sabía que abrirían la carrera, por lo que decidió acompañarlo para presentar el examen de ingreso.
Así se enteró de la posibilidad de estudiar ingeniería bioquímica y, por lo tanto, presentó los exámenes para que después ambos formaran parte de la primera generación, aunque en el caso de su hermano es la de ingeniería industrial.
Originarios de Ocozocoautla, él y su hermano viajaban diariamente, aunque con el tiempo debió cambiar su residencia a la capital, pues se empleó en la empresa Nestlé en Chiapa de Corzo en donde algunas veces debía trabajar durante las noches y estudiar por las tardes, por lo que varias veces se quedó dormido en el transporte en camino a Tuxtla Gutiérrez.
Recuerda que al ser la primera generación de la carrera, él y sus compañeros debieron ser creativos para fortalecer sus conocimientos, pues había poco personal para dar las clases y tampoco había laboratorios.
Los estudios de la primera generación de bioquímica se orientaron a los productos naturales, lo cual reconoce que fue muy atinado, pues estos productos se extraen de las plantas y en Chiapas se cuenta con una vegetación abundante y muchos árboles, mismos que tienen principios activos que se pueden usar como anticancerígenos, antiinflamatorios y que de manera normal las personas utilizan, sin conocer a detalle los principios activos.
Logros
A tan solo un año y medio de trabajar en la empresa Nestlé, debió renunciar para poder ir a la Ciudad de México y estudiar un posgrado en el Centro de Investigación de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional.
Logró concluir sus estudios en el año de 1982, pero antes de ello se encontraba trabajando en una hidroxilación que le tenía que quitar con un hongo.
“Tenía experimentos, pero no había logrado la parte final y cuando quería venir de vacaciones, dije, voy a matar estos microorganismos para que dejen dar lata y tenga un pretexto; ya se murió mi cultivo y decirle a mi asesor, el doctor Magaña: me voy a Chiapas”, relató.
Asegura que estaba trabajando con una sal determinada y ciertas concentraciones, pero le echó 10 veces más la medida y por curiosidad vio el resultado; de esa manera logró inhibir la reacción que no había logrado en cinco o seis meses, después lo comprobó y le mostró el resultado a su director de tesis, quien le pidió repetir el procedimiento que le permitió obtener la hidrocortisona. De esta forma recibió la indicación de quedarse y no salir de vacaciones, pues dos años después se consiguió una patente con ese resultado.
De cualquier manera, su propia familia le pidió no venir de visita a Chiapas, pues en esos días hizo erupción el volcán Chichonal y las condiciones no eran adecuadas.
Posteriormente, regresó al estado e ingresó a laborar al TecNM campus Tuxtla, en donde actualmente continúa.
Dentro de los varios artículos científicos publicados destaca uno del año 2008, el cual se hizo a nivel de campo con producción orgánica de tomate y está citado en 160 lugares en más de 80 países del mundo en donde se ha utilizado, lo cual asegura es motivo de orgullo para él y el resto del TecNM campus Tuxtla.