Un equipo científico descubrió en las afueras de San Cristóbal de Las Casas, un nuevo yacimiento paleontológico que revela secretos de la vida marina durante la era de los dinosaurios.
La “Cantera Sumidero”, ubicada en el cerro El Gavilán (coordenadas 16°42’33.90” N, 92°39’9.60” O), conserva fósiles de peces óseos que habitaron aguas costeras hace 113 a 100.5 millones de años, en el período Cretácico Inferior (Albiano).
Este sitio, explotado artesanalmente por décadas, es ahora reconocido como el segundo depósito mexicano de peces marinos someros de esa edad, clave para entender la biodiversidad prehistórica de América.
Descubrimientos
Entre los hallazgos destacan especies como Teoichthys brevipina (un pez de escamas ornamentadas y aleta dorsal corta), Notagogus novomundi (con doble aleta dorsal y mandíbulas alargadas), así como ejemplares de los géneros Belenostomus (depredador de hocico largo) y Thorectichthys (emparentado con sardinas arcaicas).
Además, se identificaron pícndontidos indeterminados, moluscos, plantas y microfósiles que confirman un ambiente marino somero, con aguas cálidas y bien oxigenadas.
La ausencia de tiburones o rayas sugiere un ecosistema costero específico, diferente al de yacimientos contemporáneos como Muhi (Hidalgo), pero cercano al de la famosa Cantera Tlayúa (Puebla).
El estudio, publicado en Palaeontología Electronica el pasado mayo, fue realizado por los investigadores de diversas universidad del país como: Jesús Alvarado Ortega, Stephanie Pacheco Ordaz, Bruno Andrés Than Marchese, Nayeli Lupercio Espericueta, Braulio Renato de Jesús Capistrán Romero y Jesús Alberto Díaz Cruz.
Revelaciones
El proyecto, iniciado en 2008 con apoyo del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), buscaba rastrear el origen de fósiles usados en ofrendas mayas de Palenque, pero derivó en hallazgos inesperados que reescriben la historia natural regional.
Para los investigadores, Sumidero es una “ventana al Albiano” que ayuda a comprender cómo evolucionaron los peces antes de la gran diversificación del Cenomaniano (hace 100 millones de años), cuando cambios oceánicos globales impulsaron el surgimiento de especies modernas.
Los fósiles, ya resguardados en la Colección Nacional de Paleontología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), prometen revelar detalles sobre los antiguos mares que cubrieron Chiapas y su conexión con el corredor biológico entre América del Norte y el océano Tetis.