Hay más de 400 bibliotecas, pero no todas operan

Aunque se relevó que Chiapas ocupa el sexto lugar nacional en relación a la cantidad de bibliotecas que tiene, que son 404, el presidente de la Asociación de las Librerías en la entidad, Julio Sánchez Esquinca, consideró que más allá de la cantidad de estos espacios, la gran pregunta es qué tanto de esos inmuebles tienen un trabajo constante.

Además de las cifras, añadió, hay que reeplantear cuáles son los inmuebles que aún son funcionales y dónde se ubican los que han quedado como “elefantes blancos”; más bien, sugirió, hay que hacer un catálogo para saber el recurso que se requiere.

Recordó que hace unos años se pudo impulsar la Ley Estatal de Bibliotecas Públicas, un trabajo que ponía en el eje central a estos espacios que deben contar con herramientas tecnológicas y, además, con nuevos acervos.

Con ese documento, resaltó, se buscaba que los municipios asumieran su responsabilidad desde la parte operativa hasta las gestiones presupuestarias, eso incluye las necesidades del personal y lo que demanda la ciudadanía en contenido.

Será importante, relató, que ahora la legislación vea lo que hay en la materia para establecer algún punto de acuerdo, no obstante, también debe existir una vinculación entre las instituciones estatales y municipales, además de una participación ciudadana.

Al preguntarle si las bibliotecas físicas todavía sobreviven en los municipios más grandes, respondió que sí; incluso, enfatizó que algunas ciudades han destinado recursos para apoyar a estos inmuebles.

Algunos datos refieren que en Chiapas la población lee, en promedio, 1.2 libros cada año, pero la media nacional son 7, esto contrasta con la cantidad de bibliotecas que se tienen disponibles en la entidad y que superan en número a otros estados del país.

La situación que ha ocurrido en Tuxtla Gutiérrez es diferente, resaltó Sánchez Esquinca, debido a que se tienen 14 bibliotecas que son activas y que cuentan con diversas acciones para atraer más público.

Tan solo una que se ubica en el barrio San Roque, mencionó, recibe entre 15 a 20 niños y niñas que llegan a realizar sus tareas, trabajos de investigación o para hacer alguna actividad lúdica todos los días.

“Voltear a ver qué bibliotecas realmente vale la pena salvarlas, cuáles hay que invertirles”, para que cuenten con tecnologías y cafeterías sin que pierdan su concepto original. Tener mas de 400 inmuebles es un punto positivo, pero se debe analizar el tema presupuestal.