Hay mucho para seguir aprendiendo de Francisco

El papa Francisco “muere para esta vida terrena, pero su testimonio está muy vivo y hay mucho para aprender de él”, afirmó el obispo de San Cristóbal de Las Casas, Rodrigo Aguilar Martínez.

En rueda de prensa después de la misa de las 7 de la noche que ofició en la catedral de San Cristóbal este lunes, añadió que recuerda a Francisco “con mucha cercanía y tuve la dicha de conocerlo antes de que fuera papa”.

Señaló que su aporte a los indígenas de Chiapas “fue la cercanía y lo que él enfatizó mucho es la misericordia, la esperanza y la paz, y aquí nos inculcó mucho eso. Esa cercanía fue también consciente para los migrantes que llegan por Chiapas con el intento de recorrer todo el país para llegar a Estados Unidos”.

Todavía el domingo pasado, añadió, “tuvo un encuentro con un representante del Gobierno de Estados Unidos para hablar de la atención de los migrantes. Ese estar cercano a todos, a los más pobres, a los más indefensos, los más humildes y darles el corazón, eso lo tuvo en Chiapas y en Roma también, al dar hospedaje a los sin casa, comida a los sin alimento.

“Si queremos recordar al papa Francisco tenemos que construir la paz, no solamente otros, nosotros lo tenemos que hacer. Ser constructores para la paz, que se vea una realidad en el trato con los demás”, refirió.

Aguilar Martínez, quien también es administrador apostólico de la Arquidiócesis de Tuxtla Gutiérrez, manifestó que con la llegada del papa Francisco “se fortaleció la iglesia autóctona” que practica en la Diócesis de San Cristóbal.

“En dos visitas que tuve en El Vaticano se trató el tema de los indígenas y los diáconos permanentes. Valoraba mucho eso”, afirmó, al tiempo de destacar que el perdón que a nombre de la Iglesia pidió a los pueblos originarios “es muy importante; es rescatar su valor, y tenía en el corazón a Chiapas y en concreto a San Cristóbal de Las Casas”.

Agregó que el pontífice “era demasiado sencillo, sin perder la ubicación doctrinal, pero era muy hábil para aplicarla de acuerdo con las realidades concretas”.

Sostuvo que durante 12 años que dirigió la iglesia, Su Santidad “dio testimonio de diálogo ecuménico e interreligioso (...) el mensaje en la homilía del domingo tiene su pensamiento y forma de hablar, aunque ya no podía escribir; es una lista larga de los pueblos en guerra para construir la paz”.