Hiram Arroyo, de bailarín a productor de cine

Hace un año, el 3 de mayo de 2021, siete integrantes del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) iniciaron una travesía “al revés” a la que hicieron los invasores del continente americano.

Semanas antes el teléfono de Hiram Arroyo sonó. Al responder la llamada, recibió la oferta laboral con la que cumpliría uno de sus sueños, que entonces era trabajar en un proyecto con integrantes del movimiento zapatista, “lo cumplí”.

Hiram Arroyo es bailarín de danza clásica y contemporánea. Nació en la zona costa de Chiapas, pero se dice palencano de corazón, porque fue en la “ciudad de la selva” donde siempre vivió.

Desde temprana edad se enamoró de la danza, practicó danza clásica y contemporánea. Luego fue director de casting, pero alguna vez un director vio aptitudes para resolver problemas de producción y decidió ofrecerle un trabajo como productor de un comercial.

Aceptó el reto, pues nunca antes había trabajado como productor, logrando hacer tan buen trabajo que la trayectoria no fue necesaria, “lo logré y fue la primera vez”. Más tarde trabajó para tres películas y en un episodio de la serie de Nat Geo (National Geographic Channel), “Lost Cities”, que se transmite por Disney+, en la que Albert Lin —una celebridad— va por el mundo en busca de ciudades perdidas.

Durante la grabación en Metzabok, en la Selva Lacandona, trabajó como fixer (guía o productor local), “hicieron un escáner en Metzabok y es impresionante lo que hay debajo”. Entonces, para Hiram la línea ya estaba marcada en los documentales.

“El amor diáfano”

Siendo niño conoció el amor por la danza, “el amor verdadero, el amor diáfano”. Fue después de un casting de teatro en el que el director le recalcó que jamás incursionaría en la actuación, pero lo llevó al Teatro de la Ciudad porque vio su potencial en la danza.

“Amo hacer cine, pero siempre volver a la danza será lo que me dé el equilibrio para sentirme en casa y sentir que estoy vivo. En la danza no hay una segunda toma, es ‘darwiniana’ porque cada presentación, cada clase, es una prueba de supervivencia”, dijo Hiram.

El respeto por esta expresión artística se lo inculcó Judith Camero, que recuerda como una precursora de la danza contemporánea, “de la vieja escuela, y ella nos dijo que cuando no estuviéramos seguros de subir a los escenarios, que no lo hiciéramos”.

Entonces Hiram se retiró de las duelas. En la pandemia del covid-19 desarrolló ataques de ansiedad y creyó que iba a morir, ante lo cual un programador en neurolingüística le recomendó regresar a la danza, en lugar de medicación.

Cuenta —con una gran sonrisa— que volvió a practicar danza hace un par de años y la ansiedad se fue. “La danza es solo para las y los valientes; si haces ballet puedes hacerlo todo”, dijo el joven.

“La montaña”

El documental “La montaña” muestra a siete personas de pueblos mayas de Chiapas que navegaron el océano Atlántico rumbo a Europa, con el fin de ampliar los horizontes de la resistencia que como organización han sostenido contra el sistema actual.

“Es una bofetada con guante blanco por el EZLN, porque decide hacer la travesía en sentido contrario de hace 500 años por los invasores y totalmente opuesta, pues te invita a la reflexión porque esta travesía no va manchada con sangre sino con un mensaje de amor”, explicó Hiram Arroyo, quien además fue productor local en la ruta del sureste de México, para zarpar de Isla Mujeres a Cuba.

Diego Enrique Osorno González es el director y María Secco la fotógrafa, dos profesionales por los que Hiram siente gran admiración. “‘La montaña’ fue diferente a los demás proyectos, porque estaba cumpliendo un sueño propio y el de mi padre (simpatizante zapatista)”.

“Estaba con un gran documentalista y con una gran fotógrafa, dentro del EZLN, en el Caracol donde comenzamos haciendo la travesía pero en sentido contrario. Era todo, yo siempre quise estar ahí”, reiteró.

“La montaña” se suma a los 12 años en los que ha incursionado como productor, aunque reconoce que los procesos fueron duros porque tenía que lograr tomas en mar abierto, “fue sumamente difícil”.

Hiram recordó que, en el pasado, una de sus fantasías era trabajar en un barco, así que “hasta que estuve en ‘La Montaña’ dije: ahora no estoy tan seguro de trabajar en un barco; fue muy difícil porque son cámaras muy grandes, tenían que abrazar al director para que no se cayera” y así se apoyaban las cerca de 15 personas de la producción, relató.

El bailarín y productor ahora se prepara para viajar a la Ciudad de México, en donde el próximo 3 de junio se realizará la presentación oficial de “La montaña” en la Sala Miguel Covarrubias; el 4 de junio en el Cinematógrafo del Chopo; el 6 de junio en La Casa del Cine; y el 7 en el Cine Tonalá. Sin olvidar que Hiram se comprometió a lograr que la cinta sea presentada “en su casa, aquí en Chiapas”.