Desde hace 10 años en la parroquia de Nuestra Señora del Carmen, en la capital del estado, existe un comedor comunitario que brinda alimentos y bebidas a las personas que lo necesitan por un mínimo pago de cinco pesos.
La coordinadora del lugar afirma que no es necesario ser de escasos recursos para acudir a este sitio, ya que por ser un proyecto humanitario se brinda la atención a cualquier ser humano que la requiera, “pues todos tenemos un mal día”, afirma Manzur Melchor.
Esta cocina humanitaria se ubica en la 11ª Oriente esquina con avenida 3ª Norte, Colonia 5 de Mayo, dentro de la parroquia de Nuestra Señora del Carmen, la cual está abierta desde las 9 de la mañana hasta las tres de la tarde.
A este comedor se acercan diferentes personas, entre ellas trabajadores del lustre de zapatos en las calles, drogadictos, indigentes, incluso personas que tienen familiares internados en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), ubicado escasas cuadras de ahí.
“Este lugar está abierto a todo tipo de público. No nos fijamos cómo vienen vestidos, lo único que nos interesa es que se vayan con el estómago lleno”, señala Maibeth Manzur Melchor, coordinadora y encargada de esta cocina comunitaria.
Este lugar no recibe ningún tipo de ayuda gubernamental. Obtiene sus recursos mediante diferentes bienhechores, cooperación que realizan los diferentes feligreses y de donaciones que realizan algunos colegios, como el Colegio Chiapas.
Los cinco pesos que cobran por platillo son para ser utilizados en la compra de los ingrediente.
“A veces damos las comidas a 10 pesos por el alto precio de las carnes, pero es muy raro que vendamos a ese precio. Quien no traiga esa cantidad no hay problema, se le regala, pero quien guste pagarla adelante”.
Los únicos inconvenientes de esta cocina es que a veces acuden personas bajo el influjo del alcohol o alguna droga, causando diferentes estrago como insultos, pleitos, en algunos episodios han tenido que recurrir a la ayuda de la Policía, pero durante este tiempo no se ha llegado a graves problemas.
“Hace tiempo, algunas hermanas decían que si las personas venían bien vestidas no se les brindara la comida, pero yo pienso que eso no nos ayuda a saber si tienen dinero o están muriendo de hambre, pero mi condición es que al hermano que se acerque hay que darle de comer, tenga o no tenga dinero”, finaliza.