Hongos, un “regalo” de los dioses para los lacandones

Para los lacandones, los hongos (kuxum, en maya) independientemente de su importancia biológica, significan un regalo de Hacha’kyum, el dios creador de las montañas, de los ríos, de las aves, de los peces y de todo lo que hay en la selva.

Así lo dio a conocer Felipe Ruan Soto, experto en Micología de la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas (Unicach), quien lleva por lo menos 17 años estudiando estas especies y ha tenido un especial interés en documentar los diferentes organismos que viven en el estado, sobre todo en la selva Lacandona y Los Altos.

Específicamente, contó que en la zona sur de la Reserva de la Bisofera Montes Azules, en distintas comunidades mestizas y grupos originarios han desarrollado varios inventarios sobre hongos comestibles, medicinales, tóxicos y venenosos, así como para resaltar la importancia que tienen culturalmente para los pobladores.

Producto de estas investigaciones salió un catálogo para esta etnia maya el área de Nahá y Metzabok, el cual es una guía ilustrada de macromicetos que presenta a los lectores una parte visual de las setas y sus nombres conferidos, así como los usos y papel que juegan dentro de la cosmovisión lacandona.

Mayor investigación

El secretario académico del Instituto de Ciencias Biológicas de la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas destacó que con estos estudios se acercaron a un panorama amplio de qué significan los hongos para los lacandones más allá de su importancia biológica, ya que los lacandones fueron uno de los últimos grupos contactados por occidente dentro de este territorio, lo que ha provocado muchos mitos de origen y la propia religión lacandona que existe y es cotidiana en esa región.

Sin embargo, el también doctor en ciencias biológicas por el Instituto de Biología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) lamentó que aunque Chiapas es uno de los estados más ricos y diversos en cuanto a especies de hongos, no han sido muy investigados.

Estimaciones

Consideró que en el estado se tiene estimado que existan alrededor de 50 mil especies, “pero de eso a lo que se ha estudiado, el número disminuye considerablemente, siendo que hasta la fecha se tiene registrado un cinco por ciento de lo que se supone existe para el país que pueden ser 200 mil, lo cual habla de la importancia del estado en este sentido”.

Agregó que se tienen inventariadas 200 especies comestibles para todo el estado pero este número puede ir aumentando cuando se hacen nuevas observaciones y quizá se pueda llegar a 25,000 hasta 300.

En relación al panorama de los hongos tóxicos o venenosos, enfatizó que este tema no es alentador, ya que se han enfocado en la utilidad práctica que tienen las setas y analizar más a los comestibles; a pesar de ello, se calcula que en el país existen 100 especies, de las cuales solamente ocho son mortales y de este último número, todas tienen presencia en la entidad chiapaneca.

Colaboración

Comentó que tienen una estrecha colaboración en principio con la Dirección de Riesgos Sanitarios y las Jurisdicciones Sanitarias de San Cristóbal de Las Casas y Comitán para poder desarrollar mecanismos conjuntos para prevenir las intoxicaciones.

En este esquema, dijo que afortunadamente se ha podido trabajar de manera horizontal e integral para que esto pueda ser elevado a un estatus de política pública, independientemente de la administración que se encuentre en el momento o de vaivenes políticos, tenga una importancia de atender esta problemática que se presenta todos los años con las intoxicaciones o envenenamientos.

También han realizado diversas colaboraciones con la Universidad Autónoma de México (UNAM), Tlaxcala y la de Guadalajara para buscar mejores estrategias para combatir este tipo de situaciones en Chiapas, ya que desde hace más de 15 años se han registrado alrededor de tres intoxicaciones o defunciones, inclusive anualmente.

Capacitación

Enfatizó que si bien han tratado en incidir en el tema de la atención para seguir los protocolos de cómo abordar a través de lavados gástricos y medicamentos, lo que pudieron diagnosticar es que estos conocimientos no estaban presentes en muchos integrantes de esa cadena de atención a la salud, por lo que se han enfocado en poder dar cursos de capacitación a enfermeros, enfermeras y personal médico para que se tenga esa información socializada y sepan qué hacer.

“Se ha ampliado la cobertura para que no exista desconocimiento de cómo atender las intoxicaciones que se han presentando, en donde al menos en un promedio de 100 casos desde hace quince años a la fecha, el 30 por ciento ha desembocado en muerte”, afirmó.

Determinó que aunque esta situación también ha sido producto de los vaivenes de las condiciones ambientales, “ya que hay años más húmedos que facilita la propagación de los hongos o años secos en lo que es menos”, en las gráficas se ha logrado que vaya a la baja y eso se ve reflejado en las curvas de incidencia del problema.

“Esto no es para echar las campanas al vuelo, ya que el año pasado se tuvieron tres eventos que nos mantuvieron alertas y por ello no hay que bajar los brazos, y es de suma importancia difundir las campañas hacia la población en general, sobre todo en la indígena que es en donde se han presentado los mayores casos”, concluyó el profesor investigador del Instituto de Ciencias Biológicas de la Unicach.

Relato

“Cuentan los abuelos lacandones que Hacha’kyum, después de haber creado a los hachwinik, a los hombres verdaderos, se sentó a descansar un momento en un tronco. Como tenía hambre, comió unos brotes de una planta. Cuentan que aquellas migajas que se caían de su boca sobre los troncos dieron origen a los kuxum che’ (hongos de los palos), en tanto que aquellas migajas que cayeron sobre la tierra dieron origen a los kuxum lu’um (hongos de la tierra). Los hombres verdaderos contemplaban extasiados cómo el padre creador se deleitaba con tan suculentos manjares y, como era natural, se acercaron a pedirle a Hachäk’yum que les compartiera de eso que se veía tan delicioso. Sin embargo, su padre les dijo que esos hongos no podían comerlos nunca porque eran comida de los dioses. Pero tal era su amor por sus hijos que les purificó algunos hongos para que también se deleitaran. Así nació el kayoch, el xikin, el lo’ro, el chak cha ach y otros hongos que los hombres verdaderos recolectan y consumen desde el principio de los tiempos”.

Relato lacandón retomado de la revista “Arqueología Mexicana”.