Hoteleros de Tapachula hacen un llamado a la Federación, y en particular, al Instituto Nacional de Migración (INM) a terminar el hostigamiento que de manera ilegal ejercen contra ellos, prácticamente en plan de asalto bajo el argumento de personas en contexto de movilidad; sin embargo, violan las leyes y los derechos de turistas y comerciantes hospedados que nada tienen que ver con migrantes a los que de manera violenta exigen se identifiquen cuando se encuentran descansando, afectando la actividad del empresario local.

En rueda de prensa, la presidenta de la Asociación de Hoteles y Moteles de la Frontera Sur, Isabel Villers Aispuro, lamentó que algunos elementos del INM, sin generalizar, actúan como delincuentes para presuntamente asegurar a migrantes hospedados, se los llevan detenidos y esposados como grandes delincuentes pero que después son liberados ya sin dinero.

La líder empresarial hotelera afirmó que sus asociados, debidamente establecidos que cumplen con sus impuestos y pagan seguro médico a sus empleados, han sido víctimas de este tipo de ilegalidades, mientras que cientos de casas que hacen esta misma función, pero de manera irregular, que cobran 300 pesos por personas y que meten hasta 30 gentes en una habitación, no son molestados por los agentes de Migración.

Irregularidades

Expuso que para nadie es un secreto que en Tapachula y en pleno centro hay casas y edificios en los que hacinan a cientos de migrantes que no son molestados por esta autoridad, cualquiera puede ver los grandes tendederos y decenas de extranjeros en las calles, pero ellos no son molestados por el INM, caso contrario al de los hoteleros establecidos.

Afirmó que dentro de sus asociados hay señalamientos de impotencia porque no pueden hacer nada en contra de la autoridad que actúa con ilegalidad, acusan a agentes deshonestos y bandidos que llegan a los negocios por la noche y se llevan a las personas esposados como delincuentes, a las tres de la mañana los dejan libres pero sin nada en la bolsa, cuestionó porque no van a las casas donde hospedan a los migrantes o a las calles donde pueden localizarlos.

Villers Aispuro, señaló que en su empresa en particular tiene un mercado establecido desde hace 22 años, y ha evitado sin que se vea como una discriminación recibir a migrantes que tienen costumbres distintas porque fuman como locomotoras, no platican, gritan, y otras situaciones más que molesta a las personas que buscan descanso y algo de privacidad.