Huixtán celebra a San Miguel Arcángel

Con la “entrada” de las comunidades con obsequios, ofrendas y banderas y la celebración de una misa, inician este jueves 27 las festividades en honor a San Miguel Arcángel en el municipio de Huixtán.

“El 27 inicia la fiesta; el 28 es anuncio de la feria en la cabecera y el 29 es el mero día con el paseo del santo patrono de San Miguel Arcángel; el 30 es la vista en las comunidades y los barrios de la Pila y San Sebastián, donde se realiza una convivencia y el baile tradicional”, detalló Waldo Martín Pérez Bautista, ex alcalde de Huixtán.

Relató que un mes antes se prepara la chicha, bebida refrescante. “Antes la hacían los mayordomos que tenían cargos como alguaciles y las cofradías para compartirla en sus casas, pero a raíz de la llegada de un sacerdote de la iglesia y la escuela, se fue perdiendo el sistema de cargos entre los años de 1970 y 1976, cuando gobernó un catequista que no estaba de acuerdo porque había consumo fuerte de alcohol y los mestizos de la cabecera controlaban su venta”.

Agregó que ello implicaba que muchas veces, las personas que tenían un cargo “se endeudaran con los mestizos y si no podían pagar, iban por un hijo o una hija para que trabajaran en sus casas y así cubrir la deuda liberándolos cuando la liquidaban, aunque si les gustaba se quedaban a trabajar. La iglesia católica veía la explotación y se fue quitando el sistema de cargos cuando fue presidente municipal, Pedro Gómez Guacash, quien dijo que no se obligaba a nadie a tener cargos”.

Rescate

Pérez Bautista señaló que así se perdió la costumbre, pero cuando el Partido de la Revolución Democrática (PRD) ganó la alcaldía en 1998, se rescató la tradición a través del ayuntamiento, que ahora se encarga de preparar la chicha que se le regala a la gente sólo el día de la fiesta.

Comentó que el ayuntamiento destina también recursos para la compra de cohetes, arreglos florales, música y torneos deportivos, entre otras cosas. “Lo que antes se hacía a través del sistema de cargos lo hace ahora el cabildo. Se necesitan alrededor de 500 mil pesos para la celebración de la fiesta patronal. No hemos llegado al extremo de Chamula, Zinacantán u otros municipios que gastan millones de pesos para contratar grupos musicales famosos”, expresó.

El ex alcalde afirmó que al igual que el año pasado, la fiesta se celebrará en las instalaciones del convento, ya que el templo de San Miguel, dañado por el terremoto del 7 de septiembre de 2017, no ha sido reconstruido por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

De hecho, todos los santos están en un local del convento. Ahí está la imagen de madera de San Miguel Arcángel, que, según el historiador Julio Domínguez Díaz, “es un San Miguel sui géneris, porque en la empuñadura de la espada están los tres caracoles, símbolo de acuerdo comunitario. Lo que la gente ve como el plumaje de San Miguel se puede pensar que son plumas que lo decoran. Cuando se me permitió hace unos años acercarme y ver con detalle, encontré que lo que tiene ese San Miguel es un copille, un penacho, no una pluma decorando sino un penacho, que en la cultura indígena determina gobernabilidad, jerarquía. Es curioso cómo estos elementos indígenas se mezclan con esta imagen”.

Este San Miguel, abundó, “no tiene la espada en la mano, sino al cinto porque se la quitan, sobre todo en las fiestas. La tiene al cinto, no empuñada y menos se la ponen durante las fiestas porque existe la creencia de que si la tiene empuñada habrá muertos. Los indígenas tienen registrado que cuando le han puesto su espada en la mano, hay muertos en la fiesta. Esto se da por tradición oral. La imagen mide 1.25 aproximadamente. Es de madera estofada que la gente viste por tradición”.

Según su opinión, los indígenas de Huixtán “hicieron una lectura propia: En la visión judío-cristiana, San Miguel es el bien que vence al mal y en la visión indígena lo toman como la luz que vence y crea equilibro en la oscuridad. Y en la visión indígena, el sol es el eje de todas las cosas. Entonces, San Miguel es un sol que está cuidando el equilibrio y lo adaptan a manera de que no se pierda la esencia de su cultura como grupo mayense. Esto recobra una importancia más allá de ser una fiesta común”.