Personas víctimas de desplazamiento forzado son apoyadas por la Iglesia católica, a través de la Pastoral Social de la provincia eclesiástica de Chiapas, reconoció el vocero de la Arquidiócesis de Tuxtla Gutiérrez.
El asesor de la Pastoral Social de la Diócesis de Tuxtla, Gilberto Hernández García, sostuvo que su esfuerzo es para que el miedo no impere y las comunidades que padecen estas situaciones sean fortalecidas.
“Lo que estamos haciendo como pastoral social, como diócesis de Chiapas, es el fortalecer la resiliencia de las comunidades; es decir, que la angustia, que el miedo que esto genera no sea el pan de cada día, sino que más bien las comunidades se fortalezcan”.
De manera detallada explicó que acostumbran a apoyar a las personas desplazadas por la violencia, por medio de esquemas de trabajo comunitario.
Lo anterior integra acciones de profesionales de la psicología. Por su parte, como asociación religiosa puntualizan la atención al tema espiritual.
Apuntó que si bien la situación de seguridad atañe a todo el estado, en mayor medida hay intervención de la Diócesis de San Cristóbal de Las Casas, que encabeza monseñor Rodrigo Aguilar Martínez, pues esta incluye municipios como Frontera Comalapa, en donde la cifra de personas desplazadas es elevada.
También reconoció que esta situación impacta a los sacerdotes, sin que la agresión se presente de forma directa, pues aseguró que “las violencias generadas también recaen sobre nuestros hermanos sacerdotes, no directamente por prestar la ayuda humanitaria, pero esto se les advierte”.
Cuestionado sobre si los feligreses dan a conocer algún tema delicado a los sacerdotes, explicó que no es un tema sencillo, pues cuando se dan a conocer este tipo de temas, siempre hay alguien que puede escuchar y esto se traduce en un riesgo.
Reconoció que estados de la república como Guerrero, Jalisco, Michoacán y Guanajuato son sitios en donde se pensó que la situación se detendría con la presencia de la Guardia Nacional, pero eso no ocurrió.