Iglesia se deslinda de activistas pro migrantes

Iglesia se deslinda de activistas pro migrantes

La Iglesia Católica se deslindó de aquellas personas y asociaciones que se aprovechan de la necesidad de los migrantes que cruzan por territorio chiapaneco, a quienes dijo, “ven como mercancía de la que pueden sacar grandes ganancias”, estableciendo a la vez que continuará brindando ayuda a las personas en movilidad, en las medidas de las posibilidades.

El obispo de la Diócesis de Tapachula, Luis Manuel López Alfaro, en su mensaje dominical fue tajante al reconocer que “el fenómeno migratorio se ha vuelto una industria, un río revuelto del que muchos comen y los únicos que pasan hambre son los hermanos migrantes”.

“Muchas personas autollamadas activistas se muestran, en apariencia, como gente preocupada por la defensa y ayuda de los hermanos migrantes, cuando en realidad solo los mueve el interés de vivir a costa de estos hermanos que, con el afán de buscar mejores condiciones de vida para ellos y su familia, salen de casa, se exponen al riesgo de un camino muy largo y sufren los engaños, atropellos y amenazas de esta gente sin escrúpulos”, señaló.

Dijo que existen muchos actores en este fenómeno movidos por la ambición y aclaró que la familia diocesana mantiene la atención y asistencia en los dos albergues ubicados en Tapachula y Arriaga, en donde los servicios que se brindan son gratuitos. 

“No hacemos equipo con ninguna persona ni grupo de los llamados activistas, porque no coincidimos en el interés que nos acerca a los hermanos migrantes. Ellos ven a los migrantes como mercancía, nosotros los vemos cómo hermanos en situación de necesidad”, insistió.

Por ello, dijo que la ayuda que se les brinda no cubre tantos aspectos, en virtud a que esta surge del apoyo de las comunidades e invitó a los fieles y agentes de pastoral a seguir haciendo esa labor “con buena intención y sin ingenuidad”, cumpliendo los mandamientos de Jesús.

 

Deslinde

Monseñor López Alfaro mencionó que muchas veces las personas y grupos que “enganchan y cobran el traslado a los hermanos migrantes”, al conocer la labor y la buena disposición de la Iglesia, se acercan a las familias parroquiales para “ahorrarse gastos e incrementar sus ganancias”.

Por ello se deslindó totalmente de estos y pidió a la feligresía: “pongamos atención, seamos prudentes, evitemos ser ingenuos en el ejercicio de la caridad y actuemos en consecuencia. Nuestro corazón ha de estar siempre abierto a socorrer a los hermanos mas pobres, a los más necesitados y a los menos útiles a los ojos del mundo. No nos ha de mover ningún otro interés que no sea el de servir al Señor Jesús en nuestros hermanos”.

Pidió a los sacerdotes y fieles que continúen realizando la labor de ayuda y acompañamiento, porque “el grito del fenómeno migratorio es una realidad que toca lo más profundo de nuestros sentimientos y de nuestro corazón”.