Marco González * CP. En la era del internet persiste la incomunicación familiar y también global. Eso es sumamente peligroso para la sociedad misma. Si de por sí ha sido difícil establecer la comunicación entre padres e hijos o de una a otra generación, ahora resulta casi imposible, señala Alfonso Gramajo Coutiño, quien realiza una investigación en Chiapas sobre las repercusiones de la red de redes en el medio rural.
Hasta las zonas rurales ha llegado la influencia del internet. Los escolares adolescentes utilizan esta herramienta para fugarse de su entorno. La rica tradición oral de los pueblos de Chiapas desaparece peligrosamente. Ahora un joven sabe más sobre la realidad de algún otro hispanohablante de cualquier latitud del mundo que de su propia comunidad, ya no se diga de su familia, asevera el estudioso.
La ortografía moderna es un sinónimo de la trivialidad. Ahora con 60 medias palabras pretenden los niños, pubertos, adolescentes, jóvenes y adultos menores dar a entender sus afectos, preocupaciones, anhelos, sin sabores, sueños y metas en la vida, o sea, cómo, dice en forma irónica.
Para muchos, la llamada red de redes ha permitido una mayor información pero no ha fomentado una verdadera comunicación. En la práctica el internet poco ha hecho por el progreso o bienestar. Esta herramienta algunos la han utilizado con fines aviesos para obtener beneficios personales, dice el también chiapaneco.
A más de cincuenta años del nacimiento del internet y a unas dos décadas de su popularización, la red de redes no ha aportado mayor cosa para que la sociedad abatiera enfermedades, la ignorancia, el rezago, la pobreza y la democracia. Cada día son más los millones de indigentes, se suman por ciento de miles la gente con padecimientos que bastarían medidas higiénicas para desterrarlas, sostiene Gramajo Coutiño.
Hasta en las entidades más remotas se puede encontrar algún cibercafé. Si se revisa el historial de cada una de las computadoras de esos lugares, como los ha venido haciendo el candidato al doctorado en Sociología Rural Contemporánea, se encuentran los cientos de ingresos que hacen los usuarios a las páginas del Twitter, donde se pondera las trivialidades, ya no se diga del facebook donde se pretende mantener los lazos de amistad o afinidad de un grupo de personas, explica el universitario.
Los grandes asuntos de la familia o la comunidad -dice- pasan a segundo término para enterarnos sobre el último disco del artista de moda, ni siquiera favorito. Fomenta el analfabetismo práctico, porque aprender a manejar una herramienta no significa que se tenga dominio alguno sobre un oficio o profesión.
Si bien hay muchos los defensores de las llamadas redes sociales, éstas no pasan un examen respecto a su utilidad práctica en bien del individuo, la familia o su comunidad. De nada sirve que cientos de miles de jóvenes y adultos se la pasen monitoreando, aparentemente, casi las 24 horas las computadoras y no han sido capaces de advertir sobre el peligro de las copiosas lluvias que traerá desgracia a su casa, su calles, su colonia, su comunidad.
Algunos otros, dice el candidato a doctorado en Sociología Rural Contemporánea, se han abocado a analizar el incremento de los suicidios entre los jóvenes del medio rural. Una de las hipótesis, dice Gramajo Coutiño, es que se ha incrementado el consumismo y ante el desempleo y las escasas posibilidad de progreso y desarrollo, algunos optan por quitarse la vida de forma rápida o bien de forma lenta, sumándose a las huestes del hampa organizada en su modalidad de secuestro, asalto a mano armada, narcotráfico, prostitución, venta y tráfico de armas, piratería.
La gama es muy grande, señala, pero se les olvida a estos últimos que también en esos oficios hay mucha competencia y casi siempre se termina en la cárcel o perdiendo la vida.
El internet ha aislado a millones y millones de personas, que desde la impersonal computadora, balbucean mensajes inconexos para la trivialidad. Eso, dicen es hipercomunicación, cuando en realidad es incomunicación.
La red de redes es una herramienta que debe servir para llevar educación y salud a distancia, además de progreso y desarrollo, la información y la toma de decisiones a favor de nosotros, nuestra familia, nuestra comunidad, nuestro entorno y nuestro mundo finaliza diciendo este candidato doctor en sociología.
Incomunicación familiar y global
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