“El tema económico afecta la nutrición de las familias en las comunidades indígenas. Señalan que consumen alimentos ultra procesados por su bajo costo, en relación con otros productos”, subraya la investigación “Mujeres seguras y resilientes: Diagnóstico participativo del proyecto Resiliencia de las mujeres indígenas y rurales a los impactos de la covid-19”.

Este estudio realizado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y la Secretaría de Igualdad de Género (Seigen), incluye un diagnóstico participativo en materia de seguridad alimentaria.

Dentro de los resultados se señala que hay poco conocimiento sobre la malnutrición, pues para algunas el simple hecho de tener acceso a los alimentos es tener buena nutrición.

Es decir, no consideran el aporte calórico o de nutrientes de los alimentos, aunque algunas de las mujeres conocen el impacto negativo de la comida “chatarra” que representa para su salud y la de sus familias.

Este estudio destaca que en algunas comunidades el sobrepeso y la obesidad no son muy frecuentes, lo cual se debe en buena medida a que consumen muchos alimentos producidos localmente.

“Sin embargo, eso repercute en la calidad de la nutrición, pues básicamente comen lo que hay disponible, es decir, en la mayoría de las familias todos los integrantes comen dos veces al día”, detalla el informe.

El estudio evidencia que el 95 % de las participantes siembran algún alimento en alguna temporada del año, y de esta siembra, el 72 % es para consumo en su hogar y el 24 % para consumir en el hogar y para vender. De igual forma, mencionan que dependen de los programas sociales para el consumo de otro tipo de alimentos nutritivos, como las despensas del DIF.

Las mujeres aseguraron que el 87 % consumieron frutas y verduras, 67 % leguminosas, 64 % huevo, 63 % cereales y tubérculos, 57 % pollo o pescado, así como también 43 % en refrescos o jugos y 34 % en galletas, pan dulce o botana.

Entre las propuestas de las mujeres está mejorar la alimentación en la comunidad a través de la siembra de más variedad de alimentos, sin embargo, refieren que se encuentran obstáculos para la producción de hortalizas.

Entre estos está la falta de terrenos, drenajes, caminos y de agua potable en ciertas épocas del año. Al respecto, mencionan que las características de sus terrenos no las hace elegibles a algunos de los principales programas sociales vigentes, tal como el programa federal de Sembrando Vida.