Inflación anual se ubica en 4.27 %

En la primera quincena de octubre, el Índice Nacional de Precios al Consumidor registró una variación de 0.24 % respecto a la quincena anterior; con este resultado la inflación general anual se ubicó en 4.27 %. En la misma quincena de 2022, la inflación quincenal fue de 0.44 % y la anual de 8.53 %.

Estos datos los dio a conocer el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), para medir la variación de los precios de la canasta de bienes y servicios representativa del consumo de los hogares mexicanos.

Por otra parte, también informó que el índice de precios subyacente aumentó 0.24 % a tasa quincenal y 5.54 % a tasa anual. El índice de precios no subyacente registró un incremento de 0.25 % quincenal y de 0.48 % a tasa anual.

Al interior del índice subyacente, a tasa quincenal, los precios de las mercancías crecieron 0.22 % y los de servicios 0.27 %.

Dentro del índice no subyacente, a tasa quincenal, los precios de los productos agropecuarios retrocedieron 1.72 % y los de energéticos y tarifas autorizadas por el gobierno subieron 2.03 %.

Lo anterior, en mayor medida, por la conclusión del subsidio al programa de tarifas eléctricas de temporada de verano en 18 ciudades del país.

René Cruz Montalvo, contador público certificado, comentó que es una realidad que la inflación ha disminuido en los últimos meses, pero la percepción ciudadana es que algunos productos todavía son muy caros.

El asunto es que hay varios factores que inciden en la macroeconomía del país, como la situación en otros países y el comercio internacional; además, el aumento del salario mínimo y de los días de vacaciones para los trabajadores.

Para monitorear la inflación se utilizan diversos parámetros, como el índice de precios subyacente que elimina artículos de alta volatilidad.

En el cálculo de la inflación subyacente no se consideran bienes y servicios como la gasolina, electricidad y gas para uso doméstico, el transporte local, foráneo y otros, así como frutas, verduras y otros alimentos.

Para la inflación no subyacente se incluye productos y servicios cuya evolución de precios no depende de la política monetaria, sino de factores exógenos como el de los alimentos, combustibles y servicios públicos.