En los mercados de Tuxtla Gutiérrez se percibe el ambiente de Día de Muertos, pues las calabazas ya se asoman, vistosas, sobre estantes o mesas adornadas en los locales o puestos.
Algunas están adornadas con piñatas miniatura de calavera, de brujas, o de otros personajes de miedo, pero el fin es atraer clientes para que no se vaya del mercado sin su calabaza criolla, ideal para hacerla en dulce y comerla este 1 y 2 de noviembre.
Doña Silvia Olvera López, locataria del mercado Juan Sabines, indicó que ella empezó a venderlas desde septiembre y, aunque pareciera una sorpresa, “si hay gente que compra en esas fechas”, dijo.
Precios
El precio es por pieza y puede variar según el tamaño. Doña Silvia tiene calabazas de hasta 50 pesos y las más chica, es de 15. Asegura que con una de 50 alcanza para que deguste una familia de cinco integrantes.
Sin embargo, en otros locales, cuyas calabazas son un poco más grandes, sus precios oscilan entre los 30 y 75 pesos la pieza.
En supermercados, en algunos, venden la calabaza criolla en trozos; sin embargo, en el mercado esto sucederá hasta que lleguen las fechas fuertes, del 31 de octubre al 2 de noviembre, que es cuando ya se encuentra en trozos, incluso ya preparado con piloncillo.
Cabe destacar que la calabaza criolla viene a la capital chiapaneca desde distintas regiones del estado.
Señalan las y los locatarios, tanto del mercado “Juan Sabines” como el “Pascacio Gamboa” que las calabazas que ellos venden es de la Rivera.
“En la Rivera, allá por Las Flechas; rumbo a Chiapa de Corzo es de dónde lo traen, dijo doña Silvia. Pero también provienen de rancherías en Berriozábal, Acala, Venustiano Carranza, Villafores”, mencionaron los locatarios.
Por ahora no son muchos los puestos que venden la calabaza criolla, pero se espera que hayan más conforme se acerque la fecha de Día de Muertos.