El párroco César Augusto Cañaveral Pérez, encargado de la pastoral de movilidad humana y director del albergue de migrantes de la diócesis de Tapachula, aseguró que el Instituto de Nacional de Migración (INM) es un organismo inhumano con los migrantes.
En entrevista, señaló que el INM no los atiende como personas en situación de movilidad, pues muchas de ellas huyen de las condiciones de inseguridad, carestía o escasez de sus países de origen, sino que los trata como a delincuentes al generar acciones más de persecución que de protección.
Lo anterior, debido a que, a pocos kilómetros de distancia, sobre las carreteras que conectan a Tapachula con otros municipios o poblados, han instalados un considerable número de retenes.
“Mira el Instituto Nacional de Migración creo que es el Instituto más inhumano que podríamos tener nosotros hoy en el tema migratorio; primero contemos, ¿cuántos retenes hay desde Ciudad Hidalgo hasta Tuxtla Gutiérrez? hay una cantidad de retenes o sea como que si los migrantes fueran delincuentes”, sostuvo.
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Asimismo, indicó que en los retenes en donde son detenidos los migrantes los cansan y los devuelven, por lo que enfatizó que se le debe exigir al INM y al nuevo gobierno en el estado que atienda el tema de la migración.
Recalcó que en la entidad el ingreso de personas que cruzan la frontera representa “un verdadero desafío” tanto para la iglesia, como para la sociedad y todas las instituciones y organizaciones que actúan a favor de los derechos humanos de los migrantes.
Entrevistado en el marco del tercer aniversario del trágico accidente de la volcadura de un trailer en la carretera Chiapa de Corzo – Tuxtla, en el que murieron 56 migrantes, en cuyo acto eucarístico el padre César Augusto Cañaveral asistió, comentó que debe existir un compromiso de toda la sociedad y de las instituciones a acompañar a los migrantes en todo un proceso migratorio, pues son hermanos es un proceso de sufrimiento, quienes traen pesadas cargas sobre sus espaldas.